Publicado: 21-07-2010
 
Una odontóloga denunció que fue obligada a asistir, bajo amenaza de perder el trabajo. La profesional participó del ciclo en endodoncia, al que calificó ante la fiscala Carrizo como una pérdida de dinero y de tiempo.

Tucumán.- Los testimonios de profesionales que participaron de los cursos odontológicos por los que el Gobierno iba a pagar $ 800.000 son coincidentes en poner bajo sospecha la participación de la Fundación Salud (Funsal) así como el nivel de la capacitación organizada por el Sistema Provincial de Salud (Siprosa).

Tal como publicó ayer LA GACETA, la fiscala María de las Mercedes Carrizo avanza con las actuaciones complementarias en la causa mediante la que se investiga si hubo ilícitos en el proceso de contratación de la Funsal, en 2009. Como se recordará, esta fundación se inscribió legalmente tiempo después de iniciados los ciclos que le atribuyó el ministro de Salud, Pablo Yedlin. Precisamente, por las "serias irregularidades administrativas y transgresiones legales" detectadas, el Tribunal de Cuentas (TC) sancionó con el pago de una multa de cinco sueldos al funcionario y a dos de sus colaboradores (Alberto Sabaj y Daniel Alvarez Garmendia).

Desde que los abogados Oscar López (peronismo disidente) y Raúl Moreno (UCR) presentaron la denuncia penal el 19 de febrero, la fiscala Carrizo citó a prestar declaración testimonial a una decena de asistentes a los cursos por los que el ministro Yedlin autorizó el abultado pago -rechazado por el ente de control-, y a uno de los cinco miembros de la fundación (el tesorero, Christian Guillermo Cúneo). Este, precisamente, negó ante la Justicia haber firmado las facturas por $ 800.000 y dijo que desconocía que Funsal estaba a cargo de los ciclos, en uno de los cuales actuó como coordinador.

"Sin sentido"

Este diario accedió a una copia de la declaración que formuló una odontóloga del Siprosa en la fiscalía de la IX Nominación, cuyo nombre se mantiene en reserva. La profesional atestiguó el 11 de junio y formuló severas observaciones a la calidad académica del evento. Incluso, aseguró que fueron obligados a participar del curso. "En mayo nos dicen que debíamos efectuar un curso de manera obligatoria en endodoncia, organizado por el Siprosa y por el doctor (Héctor) Silva Olivares. Nos dijeron que si no hacíamos el curso íbamos a quedar sin trabajo", sentenció.

La dentista reafirmó que el ciclo consistió en jornadas de debate entre los participantes. "Nos hacían hablar a los que teníamos más conocimientos de endodoncia, pero nunca participó un profesor disertante ni tampoco hubo teleconferencias; incluso los coordinadores en algunos casos no estaban capacitados", precisó. También, aclaró que el presidente de la Fundación Salud no tuvo injerencia en el cursado: "el doctor Silva Olivares no tuvo participación activa, sólo lo ví en el acto de apertura".

La médica -presta servicios en un hospital de esta capital- aclaró que los materiales de trabajo eran provistos por Cúneo, tesorero de Funsal y coordinador de la capacitación. "A mí entender, el curso no tenía sentido y no se terminó a raíz del problema de los autoconvocados (de la salud), y en una oportunidad se suspendió por el problema de la Gripe A", añadió la profesional ante la Justicia.

Roles invertidos

En la fiscalía que conduce Carrizo consideran que la declaración de la odontóloga constata la precariedad de la organización del evento. Por ejemplo, en su testimonio la mujer precisó que los asistentes debían firmar una hoja en blanco como planilla de asistencia. "No recuerdo en absoluto que el curso haya sido organizado por la Fundación Salud", insistió.

La testigo agregó otro elemento polémico a la investigación judicial que lleva adelante la fiscala. Denunció que los sillones "tipo camilla" adquiridos por el Siprosa para efectuar la práctica de endodoncia no son adecuados para tratamientos de conductos. "Incluso no tiene luz y eso impide efectuar otras cosas; no es muy cómodo ni normal y sólo sirve para el módulo de alta productividad, como restauraciones, pero no para cirujías complejas o endodoncias", afirmó.

Finalmente, arrojó pésimos calificativos hacia el curso odontológico: "a mi criterio fue una pérdida de tiempo y de dinero, ya que no justificaba tantas horas y, en lugar de capacitarnos, nosotros éramos los capacitadores. Incluso había profesionales que no tenían conocimientos o aplicaban teoría que no correspondía y nos veíamos obligados a llegar a una conclusión".

El tesorero que no firmó ninguna factura 

Ayer, LA GACETA dio cuenta de la declaración del tesorero de la Fundación Salud, Christian Guillermo Cúneo. El odontólogo dijo ante la Justicia que sólo firmó el acta constitutiva de Funsal y que nunca confeccionó las dos facturas por un total de $ 800.000 que iba a pagar el Siprosa. Incluso, aseguró que no sabía que Funsal estaba a cargo de la capacitación.