SALUD PUBLICA- INFORME DEL ENTE REGULADOR DE LA CIUDAD: El Ministerio de Salud admite que la capacidad de almacenamiento está saturada y que en algunos centros no se retiran desde hace más de un año. Aseguran que son de bajo peligro, pero al no ser desechados su riesgo potencial aumenta.

En varios hospitales porteños, los pacientes y el personal deben convivir a diario con residuos líquidos peligrosos. Eso ocurre porque la capacidad de almacenamiento está saturada. Según un informe del ministerio de Salud de la Ciudad al que accedió Clarín, el volumen acumulado en mayo era de 70.780 litros, casi el triple de lo que se genera por mes.

Además, muchos establecimientos no cumplen con las normas legales. Las autoridades admiten los problemas, pero advierten que hay demoras burocráticas para poder licitar el servicio de recolección.

Los lugares de acopio están colapsados en varios hospitales. En el Hospital de Niños Pedro Elizalde, se detectaron cerca de 15 mil litros y un atraso en la recolección de casi un año. En el Rivadavia, los bidones están apilados en la morgue y la cifra llegaría a los 2.500 litros. El panorama se repite en el Materno Infantil Ramón Sardá (se encontraron 80 bidones de 20 litros), en el Francisco Muñiz (1.200 litros), y en el Ricardo Gutiérrez, con 10 mil litros. Los datos surgen de un estudio técnico llevado a cabo por el Ente Regulador porteño en marzo de este año.

"A principios de este año teníamos 79 mil litros, en mayo baja

mos a 70 mil y ahora estamos un 20% por debajo de esa cifra porque pudimos cerrar varios contratos con una partida de dinero que entró en marzo", explicó una fuente del Ministerio de Salud de la Ciudad. Los problemas arrancaron en enero de 2007, cuando se cerraron las plantas de la provincia de Buenos Aires, y se agravaron durante la gestión de Jorge Telerman, con un recorte presupuestario para el área de residuos. "Vamos a hacer una licitación general para los 33 hospitales (hasta ahora era por hospital) y todo se va a ir normalizando", dijeron en la cartera que dirige Jorge Lemus.

Mientras tanto, en varios establecimientos se siguen cometiendo graves irregularidades con los residuos peligrosos líquidos. El estudio del Ente Regulador, que está en poder de las autoridades desde marzo, según confirmó Miguel Von Rosenberg, uno de sus directores, denunció que hay bidones en contacto con los pacientes o mezclados con los residuos patogénicos (gasas, algodones, drogas, restos orgánicos), en infracción a lo que dispone la ley de Residuos Peligrosos de la Ciudad.

Para la misma fecha, los directores de los hospitales recibieron un memorándum que detalla las características que deben tener los bidones y aclara que los mismos deben permanecer "en espacios restringidos al acceso del público".

Además, se recomienda que estén clasificados y que no se apilen unos sobre otros. El problema es que los centros de acopio no dan abasto. Durante las visitas que hizo el órgano de control, muchos de sus responsables admitieron que las empresas no pasan todos los meses porque "están caídos los contratos" y así los bidones terminan en lugares prohibidos. En el Hospital Fernández, por ejemplo, se detectaron bidones de 20, 10 y 5 litros en la zona del estacionamiento. En ese informe, que se hizo con datos de más de 20 hospitales, también se denunciaron al menos tres casos de derrames: en la Maternidad Ramón Sarda, en el Vélez Sarsfield y en el Piñero. Sin embargo, en el Ministerio dicen que hay un solo caso comprobado.

"El único incidente que tenemos registrado fue en octubre de 2007, en el Santojanni, pero pudimos controlarlo sin mayores problemas", contó un especialista con varios años en el área.

La mayoría de los residuos líquidos provienen de anatomía patológica, quirófano, radiología y hemoterapia. Las autoridades aseguran que todos "son de baja

peligrosidad", pero admiten que la situación se modifica cuando se incumplen las normas de seguridad. "No es lo mismo tener un frasco de aguarrás bien guardado que dárselo a un chico de tres años en la mano", graficó un funcionario consultado por Clarín. No obstante, algunos de los líquidos que están actualmente en los hospitales son de "peligrosidad alta".

Desde 1999, hubo dos licitaciones para residuos líquidos peligrosos, pero ninguna quedó por trabas legales, reveló una fuente del Ministerio de Salud a este diario.