Publicado: 21-02-09

La insólita presentación judicial de los K para explicar cómo multiplicaron su fortuna por ocho. Alquileres por las nubes y pruebas incendiadas.

Según él, son "infundios que han tomado forma de denuncia", "maliciosas sospechas" y "livianas insinuaciones". Ella sólo se adosa a la presentación de su marido. "Tratándose de un patrimonio común, hago mías las explicaciones brindadas por mi esposo", dice. Ambos, sin embargo, se ponen a disposición de la Justicia.

Con ese tono, Néstor y Cristina Kirchner hicieron sus respectivas presentaciones ante el fiscal titular de la Fiscalía Federal número 3, Eduardo Taiano, por la investigación que los acorrala desde el 2008 por supuesto enriquecimiento ilícito. Seis carillas de él y sólo una de ella fueron el descargo que el matrimonio K hizo el 10 y el 12 de marzo pasado, y que nunca había visto la luz hasta ahora.

En esos escritos, los Kirchner intentan justificar lo que parece injustificable.

Es que desde el año 2002 hasta que dejó la Presidencia, en diciembre del 2007, el ex presidente multiplicó su fortuna por ocho: su última declaración jurada presentada ante la Oficina Anticorrupción –para él, quienes lo acusan leen sus declaraciones con "malicia"– antes de dejar el poder formal establecía un patrimonio de 17.824.941 pesos. En el 2002, cuando todavía era un gobernador más, su fortuna era de 2.200.000 pesos.

La aritmética kirchnerista sorprende: por ejemplo, sólo por los alquileres de sus propiedades, la pareja gobernante multiplicó por 94 los ingresos del 2002 al 2007. Asombroso.

Por ahora, Kirchner ya tiene su lugar en los libros de historia: es el gobernante más rico que haya pisado la Casa Rosada, igual que Cristina. Aunque su contabilidad esté bajo sospecha y los números no cierren.

DESCARGO Y DUDAS. "Realizo esta presentación con el fin de desvirtuar infundios que han tomado forma de denuncia y han ganado estado público", encabeza Kirchner su presentación de seis carillas brindada a la Justicia, dada a conocer en estos días por el sitio politicaypelotas.com.ar. Según el ex presidente, "más del 95% de los ingresos obtenidos" durante el período en cuestión "fueron depositados" en una cuenta corriente que dice tener en el Banco de Santa Cruz, propiedad del empresario ultrakirchnerista Enrique Eskenazi. En el universo K todo va y viene: el ex presidente hizo entrar al empresario en la petrolera Repsol YPF. Según Kirchner, todos los inmuebles investigados –el matrimonio posee, según la última declaración jurada presentada ante la Oficina Anticorrupción, 19 casas, 14 departamentos, 6 terrenos y 2 locales, y la gran mayoría se alquila en Río Gallegos y El Calafate– "fueron abonados mediante cheques librados sobre una misma cuenta corriente" del banco mencionado.

Lo que nunca explica el matrimonio presidencial es la fabulosa renta obtenida por el alquiler de esos inmuebles, cuya operatoria corre por cuenta de Máximo, el hijo mayor. Siempre según la última declaración jurada, el ingreso por dicho concepto fue de 5.264.105 pesos en contra de los 56.050 pesos que declararon en el 2003. Aun antes de montar su hotel en El Calafate –con el cual el ex presidente explica el incremento de sus ingresos por rentas–, los alquileres de sus casas se multiplicaron por 26 en sólo tres años, sin que en el medio se hubiera multiplicado la cantidad de inquilinos ni de propiedades. Inexplicable.

La Justicia tiene otro interrogante: si los Kirchner embolsaron 5 millones de pesos anuales en rentas de sus propiedades, el valor de éstas debería multiplicar por diez esa cifra según las normas que rigen el mercado inmobiliario: es decir, 50 millones. Pero no: las propiedades de los K apenas suman 3 millones más 10 millones en mejoras.

Los contadores consultados por esta revista no se lo explican.

Para el presidente del PJ, no hay nada "que ocultar", sólo pretende "proteger" su honor, "al que tan descuidadamente se mansilla (sic)". Los errores ortográficos están en sintonía con su desprolijidad para los números.

HOTELERÍA. En su presentación, el matrimonio gobernante intenta explicar el formidable boom económico que vivió en los cinco años que coincidieron con su estadía en el poder. De 2.200.000 pesos en el 2002, la fortuna de la familia ascendió a 6.851.810 en el 2003; esa cifra saltó a 7.416.447 en el 2004, a 7.918.562 al año siguiente y a 12.043.746 en el 2006. En el 2007, los últimos registros conocidos, la evolución fue notable: 17.824.941. Allí sí los Kirchner dicen tener la coartada perfecta para explicarlo: la justificación radica en el complejo turístico Los Sauces, propiedad de la familia presidencial en El Calafate, que fue levantado sobre un terreno fiscal de 1.200 metros cuadrados que adquirieron en el 2002 por 162.444 pesos, a razón de $ 77 el metro cuadrado.

Según Kirchner, en el 2007 cobró 4.611.600 pesos por la locación del hotel y un depósito en garantía. Allí no habría nada extraño, sólo que quien alquila es el Hotel Panamericano, del empresario Juan Carlos Relats. ¿Por qué tanta generosidad del Panamericano cuando el complejo recién se inauguró en septiembre de aquel año? Pragmatismo K: JCR, la constructora del empresario, tiene la construcción de los últimos kilómetros de la autopista que unirá Córdoba con Rosario.

Lo que el ex presidente tampoco explica es quién le prestó los 8.329.596,50 pesos que invirtió para construir el hotel.

Eskenazi, el banquero oficial, niega haber prestado ese dinero.

Como todos los negocios de los Kirchner, Los Sauces tiene su domicilio fiscal en Alcorta 76, en Río Gallegos, en el estudio contable Manzanares, Pombo y Montaner. Allí están guardados los secretos financieros de los Kirchner.

O estaban: en diciembre pasado, dos hombres se llevaron documentación clave del patrimonio del matrimonio.

El episodio nunca fue aclarado.

MÁS DUDAS. "Es así entonces que el incremento en mis ingresos se encuentra plenamente justificado y se ve correspondido con una inversión previa", justifica Kirchner en su presentación ante Taiano. El juez de ese expediente por presunto enriquecimiento ilícito de los Kirchner es Rodolfo Canicoba Corral, que había archivado la causa a principios del 2008 tras una presentación del contador Víctor Alejandro Manzanares. Luego del cajoneo, el fiscal Manuel Garrido apeló la decisión a la Cámara Federal, escandalizado por la curiosa falta de documentación respaldatoria de Kirchner para explicar cómo creció su fortuna: "No se han acompañado constancias, que posean tanto el declarante como la AFIP, con información relativa a la composición de cada rubro declarado con el detalle de los bienes y deudas exteriorizadas, la individualización de los inmuebles, los automotores, las cuentas bancarias, las inversiones, el dinero en efectivo, los créditos, etcétera", escribió Garrido. Traducción: la declaración de los Kirchner podría ser un "dibujo".

Hay otro misterio: los ingresos por los intereses de los depósitos bancarios en dólares que presentaron los Kirchner en la última rendición de cuentas dan un total de 4.025.720 dólares, a una tasa de 9% anual, muy superior a los valores del mercado. Un privilegio al que pocos acceden, como la adquisición de tierras fiscales a 7,50 el metro cuadrado para luego venderlos a precios de mercado. Para eso tampoco hay explicación.

El miércoles 18 en Jujuy, Kirchner se subió de nuevo a la tribuna.

"Los que más tienen van a tener que compartir con los que menos tienen para que haya equidad", dijo.

Por momentos se olvida de su fortuna. Y de las explicaciones que le exigen por ella.