Publicado: 25-01-09

Los antecedentes de julio vitobello, el nuevo jefe de la oficina anticorrupción: En su paso por la Sindicatura General de Empresas hizo sólo el 11% de las auditorías a organismos del Estado que anunció. No se difundieron las investigaciones sobre los ministerios más sensibles, como el de Julio De Vido.

La Presidenta escogió para conducir la Oficina Anticorrupción a un experto en mantener el control bajo control: Julio Vitobello, un reciclado funcionario que durante 2008 fue el jefe de la Sindicatura General de la Nación, el principal órgano de contralor interno del Gobierno. Su paso por el cargo dejó el sello inconfundible de su estilo: de las 1.191 auditorías que debía realizar en el año, apenas finalizó y publicó 132, el 11 por ciento. De hecho, la Fiscalía de Investigaciones Administrativas avanza con una denuncia donde se lo acusa de demorar y "lavar" los informes de la SIGEN. Desde mañana, manejará la oficina que debe prevenir la corrupción, promover la transparencia e investigar la veracidad de las declaraciones juradas del patrimonio de los funcionarios.

El primer acto que Vitobello realizó cuando asumió en la SIGEN en diciembre de 2007 fue firmar el "Plan 2008" de control. Se trata de una carta de compromiso donde el organismo anuncia las tareas de fiscalización que realizará durante el año. Para el ejercicio pasado, la sindicatura se había impuesto concretar 245 auditorías financieras, de legalidad y de gestión, 66 informes sobre las empresas del Estado y 880 estudios sobre el cumplimiento de las normas de control interno en distintas reparticiones de la Administración Pública. Pero las promesas de Vitobello no se cumplieron: al 31 de diciembre sólo se habían finalizado y difundido 30 auditorías, 55 informes empresarios y 47 estudios de fiscalización de normas de control.

En algún cajón aún duermen investigaciones con contenido sensible para el Gobierno. Algunos ejemplos:

- En agosto debía finalizarse una investigación sobre el Energas referido a la administración del Fondo Fiduciario creado para atender las inversiones de transporte y distribución. No es un tema menor: el dinero que se utilizó para atender los sobreprecios y los "pagos indebidos" del Caso Skanksa partió de esa cuenta.

- En noviembre, la SIGEN debía dictaminar sobre la eficacia y eficiencia del Plan Energético Nacional que depende del Ministerio de Planificación Federal. El estudio pone la lupa en los fondos que se utilizaron para adquirir combustible venezolano. Nunca se conoció.

- En julio, la sindicatura debía finalizar un estudio sobre la gestión de los planes federales de vivienda. Este tramo de la obra pública es el que incluye las mayores promesas incumplidas de la gestión K.

La FIA que conduce Manuel Garrido incluyó esas irregularidades en un expediente que se inició el mismo día que Vitobello fue designado al frente de la SIGEN: distintas ONG denunciaron que el funcionario no reunía el requisito de ocho años de experiencia en el rubro para ser designado.

Hay algo que sí le reconocen a Vitobello: hizo de la SIGEN una galería de arte. Con fondos presupuestados para tareas de control, el funcionario creó el Espacio Multiarte en el hall central del edificio de la avenida Corrientes para promocionar la obra de artistas plásticos.

Sin Vitobello, la galería de arte y los expedientes cajoneados seguirán en buenas manos K. A cargo de la SIGEN quedará otro ex albertista convertido al kirchnerismo estricto, como Carlos Pacios, que antes de llegar a esa oficina secundó a Vitobello en la Subsecretaría de Coordinación y Evaluación Presupuestaria de la Jefatura de Gabinete. Junto a él estará la síndica adjunta Valeria Loira, ex jefa del despacho de Cristina Fernández en el Senado. Todo bajo control.

Ex Grosso y ex Cavallo, ahora juega para Néstor Kirchner

Julio Vitobello vive del Estado desde hace 25 años. Fue empleado judicial en los 80 e ingresó a la Comisión Nacional de Valores en los 90. Fue asesor en el Congreso y luego subsecretario de Gobierno del entonces intendente de Buenos Aires, Carlos Grosso. Eran los días del escándalo del albergue Warnes y del nacimiento de Puerto Madero. Fue menemista en ascenso y entre 1994 y 1998 pasó por distintos cargos en el Ministerio del Interior de Carlos Ruckauf primero y de Carlos Corach, después.

El primer cargo electivo que logró fue en 2002, como fiel militante del partido de Domingo Cavallo. Llegó a la Legislatura porteña en la misma lista que su amigo Alberto Fernández y la videlista Elena Cruz. Cuando Fernández saltó del cavallismo al incipiente kirchnerismo del Grupo Calafate, Vitobello se fue con él y se aseguró un lugar en la Jefatura de Gabinete que luego detentaría su jefe.

Durante cuatro años ocupó la Subsecretaría de Coordinación y Evaluación Presupuestaria, el sector que se encarga de ejecutar los superpoderes que tiene el jefe de Gabinete para ampliar y modificar el Presupuesto a voluntad. Con dos gestos le pagó el matrimonio K su obstinada lealtad: cuando Cristina Fernández llegó a la Presidencia, lo nombró en la Sindicatura General de la Nación en el cargo que había pertenecido a la esposa del ministro Julio De Vido, Alessandra Minnicelli. Pero el reconocimiento mayor se lo concedió Néstor Kirchner: lo incorporó a los partidos de fútbol que organiza todos los viernes en la Quinta de Olivos.