Los tres coincidieron en una misma actitud: no ceder a las presiones del Gobierno. El defensor del pueblo, Eduardo Mondino; el jefe de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), Manuel Garrido, y el presidente de la Auditoría General de la Nación (AGN), Leandro Despouy, compartieron ayer algo más que un almuerzo a solas; coincidieron en que, pese a los obstáculos y las presiones del oficialismo, permanecerán firmes en sus puestos y seguirán de cerca, en una tarea conjunta, la gestión de la Casa Rosada.

Despouy, Garrido y Mondino han sabido ganarse, desde sus lugares, el rencor del oficialismo. Por eso ayer aprovecharon para hacer catarsis.

Despouy, desde la AGN, resiste la avanzada oficialista para cercenarle la facultad de difundir los informes de auditoría, muchos de los cuales son críticos de la gestión del Gobierno. Garrido también padeció recortes en sus facultades de investigación por parte del procurador general de la Nación, Esteban Righi, mientras que a Mondino el oficialismo ya le avisó que sus días en la Defensoría están contados y que, cuando venza su mandato, en diciembre próximo, lo reemplazará por un dirigente afín.

"El kirchnerismo divulga que voy a renunciar a mi cargo antes de tiempo; que quede claro: eso no va a suceder", enfatizó Mondino, enfrascado en su batalla contra el Gobierno para derogar la suba de tarifas en el gas y la electricidad.

El almuerzo transcurrió en la más estricta reserva y la cordialidad primó entre plato y plato. "Coincidimos en que en estos momentos complicados debemos apoyarnos entre nosotros y esperar que la taba se dé vuelta tras las elecciones de octubre próximo", confió a LA NACION uno de los comensales.

Contra las presiones

"Lo importante es no ceder a las presiones oficialistas; que cada uno resista en el lugar donde está, tanto en la tarea de contralor, en el caso de la FIA y la AGN, y de tutela de los derechos ciudadanos, en el caso de la Defensoría", explicó otro de los presentes.

Los tres comensales coincidieron en que de ahora en más profundizarán el intercambio de información que maneja cada una de las áreas de su cargo para seguir más de cerca la gestión del Gobierno.

"Está demostrado que los órganos de control y la Defensoría cuentan con una importante estima ciudadana y, lo que es más importante, tienen el respaldo de la oposición", afirma Despouy.

Frente a las presiones oficialistas, la intención no sólo es resistir, sino acentuar el control sobre la gestión. Según pudo saberse, Garrido tiene en carpeta nuevas investigaciones que prometen revuelo, mientras que Despouy intentará que, de ahora en más, las reuniones en el colegio de auditores -de mayoría oficialista- sean públicas. De hecho, a la reunión de hoy asistirán diputados opositores y representantes de organizaciones civiles, todo un desafío al kirchnerismo