A pedido de la oposición, y ante la amenaza de un incipiente escándalo, el oficialismo del Senado aceptó postergar hasta la semana próxima las designaciones de tres nuevos miembros en la Auditoría General de la Nación (AGN), de las cuales surge una que resulta llamativa: la de Vilma Castillo, actual directora en Aerolíneas Argentinas y asesora de la presidenta Cristina Kirchner durante su paso por el Senado. De ser elegida, Castillo debería auditarse a sí misma.

Junto con Castillo, el oficialismo postula a Francisco Fernández, a quien la oposición vincula con el menemismo -fue asesor del ex ministro Rodolfo Barra-. Fernández procura renovar su cargo.

El tercer auditor corresponde a la primera minoría, el radicalismo, que postulará al diputado nacional Alejandro Nieva (Jujuy).

El socialismo y la Coalición Cívica anticiparon que cuestionarán la postulación de Castillo por considerar que su actual cargo en el directorio de Aerolíneas es incompatible con su futura tarea de auditoría en la AGN.

A esto se suma el pedido de Poder Ciudadano, elevado al presidente del Senado, Julio Cobos, y a todos los bloques, para que se publiquen por Internet los currículums de los candidatos de modo que su designación se realice "con la mayor transparencia".

El radicalismo, por su parte, se abstendrá de opinar respecto de estas decisiones. "Los postulantes oficialistas pueden ser cuestionados desde el punto de vista ético, pero cumplen con todos los recaudos legales. Nosotros no podemos oponernos a ellos cuando nuestro principal objetivo es garantizar que asuma un integrante de la oposición en la Auditoría", deslizó a LA NACION un encumbrado miembro del bloque radical del Senado.

En los pasillos de la AGN -que es presidida por el radical Leandro Despouy- hay preocupación, pues los nuevos auditores designados asumirán por un período de ocho años.

"Si en 2011 asume un gobierno que no es del kirchnerismo, la AGN tendrá cinco miembros peronistas", advierten.