El sistema para prevenir incendios en el Hospital de Clínicas está inactivo por “falta de mangueras”, dice un informe de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN). A pesar de contar con una reserva hídrica de 150 mil litros en los tanques del complejo, los nichos hidrantes están vacíos y tampoco hay lanzas ni válvulas de apertura y cierre.

Asimismo, de los 700 matafuegos que tiene el centro de salud, el 80% está vencido o descargado y, además, el organismo de control detectó que “hacen falta entre 250 y 300 extintores nuevos”.

El informe, de 2006, detalla el grado de “deterioro general” del Clínicas. El tablero principal de la instalación eléctrica es “obsoleto”, porque data de la década de los ’50, cuando fue construido el edificio, y está ubicado en una zona “mal iluminada, sin señalización ni ninguna protección física”. A partir del “gran consumo” que registra el complejo, la SIGEN afirmó que “vislumbra, a muy corto plazo, la posible presencia de graves problemas de conexión por el estado de toda la instalación”.

Por otra parte, hay en el Hospital escuela tanques de combustible enterrados desde la época en que las calderas funcionaban con fuel-oil. La Sindicatura explica que, si bien están desactivados, esos tanques no tienen tratamiento técnico y, por eso, existe la posibilidad de que haya gases remanentes en el lugar y el riesgo de una explosión o ignición. En el área de la imprenta, en tanto, la SIGEN detectó “condiciones ambientales inadecuadas”. Es que se registraron vapores volátiles de solventes, pinturas, tintas y barnices en un espacio donde sobran los productos inflamables, como el papel, y falta una ventilación acorde, tanto natural como artificial.

En la zona de podología, donde se fabrican plantillas, se usan soluciones contaminantes, a base de formaldehido y éteres, sin ningún tipo de protección.

Para el organismo de control, el sistema de seguridad del Hospital de Clínicas es “inadecuado”. Es que, más allá de los indicadores de riesgo del complejo, “no existen salidas (de emergencia) con apertura hacia fuera, o barrales antipánico, ni señales de ninguna especie demarcando las vías de escape”. Tampoco hay mapa de riesgos internos o planes de contingencia.
Las escaleras del centro tienen escalones rotos y el peligro de accidentes es potenciado porque la iluminación es deficiente. Por el lado de los ascensores, de los 22 instalados, solo funcionan ocho, tres están en “posibles condiciones de hacerlos funcionar”, y los otros 11 directamente están fuera de servicio. Y de las cuatro escaleras mecánicas que hay en la planta baja, funcionan dos.

El Hospital no cumple con la Ley 24.314 de accesibilidad de personas con movilidad reducida porque, salvo en la entrada de avenida Córdoba, no existen rampas o elementos para facilitar el desplazamiento dentro del establecimiento.

La Sindicatura también resalta que las condiciones de orden y limpieza en el subsuelo y en la azotea son “pésimas”: hay restos de materiales de construcción y “falta de higiene en general”. En los baños el equipamiento es “obsoleto”, registra falta de mantenimiento, pérdidas de agua, inodoros fuera de servicio y “el ambiente es irrespirable”.

Además, en el Clínicas tampoco se cumple con la Ley 24.051 que está relacionada con el manejo de los residuos patológicos. La recolección se hace en carretones de color rojo que circulan por los mismos ascensores que usan los pacientes, los alumnos y el personal. En tanto que para el almacenamiento temporario, se usan bolsas que están ubicadas junto a los botellones de agua potable para el consumo, frente al hall de los ascensores.

El informe dice que los tanques de agua potable no son limpiados y desinfectados desde hace, por lo menos, 10 años. Y en el lavadero central, que está en el subsuelo, la mayoría de las máquinas están fuera de uso, rotas o sin repuestos, por lo que su prestación tuvo que ser reducida y el centro debió contratar a proveedores externos.

El Hospital de Clínicas José de San Martín tiene una superficie cubierta de 135 mil metros cuadrados, distribuidos en seis torres, 12 pisos y tres subsuelos. Cuenta con unos 3 mil agentes y, entre los pacientes y los alumnos, se calcula que diariamente visitan el centro unas 9 mil personas.