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Publicado: 14-09-2014
 
La cifra llegó a $ 85.053 millones, que es el doble del registrado durante el año anterior

La cuenta de inversión de 2013 que envió la Contaduría General de la Nación al Congreso no arroja dudas: el déficit financiero cerró, el año pasado, en $ 85.053 millones, el doble que en 2012.

Esta cifra fue revelada por LA NACION en febrero pasado sobre la base de un informe que elaboró el portal El Auditor.info, que pertenece a la Asociación del Personal de los Organismos de Control del Estado.

Sin embargo, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, descalificó por entonces la información, e indicó que el déficit fiscal "fue equivalente a 22.439 millones de pesos". Asimismo, reprochó que haya "usinas opositoras" que pretendan "menoscabar el comportamiento fiscal del país".

Lo cierto es que los datos de la cuenta de inversión 2013 ponen en tela de juicio aquellas afirmaciones del jefe de Gabinete.

La cuenta de inversión es un informe que elabora todos los años la Contaduría General de la Nación, que depende del Ministerio de Economía, sobre la base de la ejecución final de los recursos y gastos de un presupuesto.

Ese informe es remitido a la Comisión Mixta Revisora de Cuentas del Congreso y a la Auditoría General de la Nación (AGN) para su revisión.

El informe de la Contaduría General sobre la ejecución presupuestaria de 2013 revela que muchas de las proyecciones previstas en el proyecto de ley original no fueron cumplidas. Por ejemplo, en materia de recursos: en la norma habían sido estimados en $ 629.217 millones, pero finalmente se supo que ingresaron en el Estado por todo concepto unos $ 665.877 millones, es decir, un 5% más de lo previsto.

Por otra parte, al comienzo del ejercicio se proyectaban gastos totales por $ 628.713 millones, un monto que terminó trepando (mediante modificaciones presupuestarias que no fueron consultadas al Congreso) hasta alcanzar los $ 750.935 millones, o sea, un 19% por encima de lo que estaba calculado. Esa suba se enmarcaba en el contexto de un año electoral y en la fuerte erogación en subsidios para las áreas de transporte y energía.

De este incremento de $ 122.222 millones del gasto, la cuenta de inversión destaca que sólo el 30% fue financiado con ingresos extra.

El resto provino de adelantos transitorios al Banco Central de la República Argentina (BCRA), de fondos excedentes de la Anses, los préstamos del Banco Nación y otros mecanismos del propio BCRA, principalmente la colocación de letras intransferibles en compensación por el uso de reservas. Por otra parte, el Estado también intensificó la emisión monetaria.

El rubro de los subsidios fue el que más creció respecto del cálculo del presupuesto 2013, que había proyectado una erogación total de $ 102.656 millones.

En tanto, la finalidad deuda pública se había ejecutado en un 19% por debajo del cálculo inicial.

Se interpretó, al respecto, que, según la reglamentación de los instrumentos de deuda, surgidos a partir de los canjes de 2005 y 2010, sus tenedores obtienen ganancias cuando se cumplen pautas de crecimiento de la economía por encima del 3,22% del PBI real. Así, como la performance de los números de la Argentina no alcanzó ese nivel, la Nación quedó exceptuada de cumplir con esa exigencia.