Nacional.- La palabra “continuidad” fue clave. La introdujo el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, en la carta que le envió ayer al jefe de la UCR, Mario Barletta, para destrabar el conflicto que provocó el kirchnerismo con su intento de desplazar al radical Leandro Despouy de la presidencia de la Auditoría General de la Nación (AGN).

Los seis párrafos del texto, al que tuvo acceso Clarín , muestran el inesperado apuro del Gobierno por salir con la mayor elegancia posible de la encerrona en la que quedó luego de dar por vencido el mandato de Despouy con retroactividad a marzo de 2010. El escándalo estalló el jueves pasado, en la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas, cuando el diputado Fabián Ríos, a cargo de esa bicameral, le comunicó la novedad en persona al titular de la AGN, único organismo de control que funciona a pleno.

Cristina habría sido quien dio la orden de desactivarlo.

El episodio generó costos políticos al oficialismo: todo el arco opositor cerró filas el martes en apoyo a la actitud radical de rechazar la embestida sobre Despouy, quien ejerce desde 2002 el cargo que la Constitución reserva al partido con mayor número de legisladores.

Tras un cruce de misivas entre Barletta y las autoridades del Parlamento (de la que depende la Auditoría), en la que cada sector mantenía sus posturas, Domínguez y las autoridades de la UCR intercambiaron “borradores” para llegar a un texto que permitiera saldar el entuerto, según revelaron fuentes legislativas a Clarín .

De esa negociación surgió un texto consensuado que ayer firmó Domínguez. El mismo alude a la nota anterior donde la UCR sostiene que no modificará la titularidad de la AGN y a renglón seguido dice que “teniendo en cuenta esa continuidad” reconoce el mandato de Despouy.

No habla de “renovar el mandato” , como pretendía el oficialismo, aunque un párrafo deja abierta la posibilidad para que las autoridades parlamentarias emitan una resolución en ese sentido.

Desde los bloques K se interpretaba que así quedaría a salvo la posición oficial de dar por cumplidos a Despouy dos de los ocho años del mandato que la Ley de Administración Financiera le concede a los auditores. La UCR insiste en que esa claúsula, de 1992, quedó anticuada a partir de la reforma consttiucional de 1994, que le da el cargo a la primera fuerza opositora.

“Es inconsistente que se mantengan los ocho años, porque cada dos años hay renovación legislativa y puede ser que el cargo le corresponda a otra fuerza”, le dijo Barletta anoche a Clarín , y aseguró que con la carta de Domínguez, el oficialismo reconoció como “prueba suficiente” las manifestaciones de la UCR sobre “la legitimidad de Despouy” al frente de la Auditoría. El organismo emitió duros informes sobre distintas áreas del Gobierno y el temor de la oposición era que se invalidara los realizados desde 2010 si admitían que el mandato de Despouy había caducado.

La AGN tiene un puñado de investigaciones sensibles en marcha. Una de ellas, por encargo de la Corte, es sobre el sospechoso manejo del saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo. Ayer, Despouy participó de la audiencia sobre el tema convocada por el máximo tribunal, que de ese modo lo legitimó en el puesto q ue el oficialismo aún pretendía desconocerle. Despouy no llegó a exponer y lo hará el miércoles, un día después de la reunión de auditores que avanzará sobre ese y otros informes ( ver “Retoman el análisis...” ). Anoche, Despouy habló de su situación: “El oficialismo dio un paso atrás en su intento de destituirme . Agradezco la defensa que hizo la UCR y el apoyo de las fuerzas opositoras y de entidades civiles”.