El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ratificó ante el juzgado federal a cargo de Claudio Bonadío la denuncia contra los directores de Papel Prensa por "administración infiel". Así, el funcionario cumplió con el trámite previo a que el expediente fuera elevado a la fiscalía para comenzar la investigación.

El escrito presentado el 22 de febrero pasado solicitaba que se indagara el posible perjuicio contra el Estado (accionista de la fábrica de papel para diarios) en el que incurrieron Clarín y La Nación al comprar a un precio inferior a costo de producción las preciadas bobinas de una tonelada fabricadas en la planta de San Pedro. En el escrito, los representantes del Poder Ejecutivo habían pedido al magistrado que investigase el presunto ejercicio irregular de Alberto Maquieira, Guillermo González Rosas, Jorge Rendo, Jorge Bazán, Raúl Aguirre Saravia, Daniel Fernández Muñoz y Julio César Saguier. La denuncia fue presentada tras la difusión de un duro informe sobre la situación empresaria y la política comercial de la compañía, elaborado por los síndicos Agustín Tarelli y Daniel Reposo. El documento de la Sindicatura General de la Nación detalla las maniobras de los socios privados para beneficiar a sus diarios y perjudicar a los demás emprendimientos periodísticos con diferencias en el precio de venta de la producción. Las diferencias son por demás elocuentes: el precio abonado por Clarín por tonelada de papel y el que debieron desembolsar otros clientes no relacionados con Papel Prensa es de 72,25 dólares. Los números hablan por sí solos. Al 30 de septiembre, Clarín pagó un 1,19% menos y La Nación el 1,64% por tonelada por debajo del precio de costo. En tanto, los diarios no vinculados a los dos grupos periodísticos debieron pagar un 1,94% por encima.

En 2010, la presidenta Cristina Fernández envió al Congreso un proyecto de ley para declarar de "interés público" la fabricación de pasta de celulosa y papel para diarios, y garantizar que todos los medios accedan a las bobinas al mismo precio. El informe de la SIGEN es claro: durante 2010, la planta de San Pedro fabricó 158 mil toneladas de papel, mientras que el mercado argentino requiere unas 250 mil. Esas 100 mil bobinas de diferencia deben importarse a precio dólar, lo que implica un costo mayor.