Un informe realizado por la Auditoría General de la Ciudad en el período 2006 detectó serias deficiencias en el ámbito de la Dirección General del Teatro Colón. Las irregularidades contemplan problemas con el Plan de Compras y la falta de planificación estratégica de las actividades.

El Teatro Colón sigue dando de hablar. Mientras en la Legislatura se trata el proyecto de autarquía del teatro, la Auditoría General de la Ciudad (AGCBA) dio a conocer un informe por el cual se detectaron irregularidades en el desempeño de la Dirección General del Teatro Colón en el año 2006.

“En el informe correspondiente al período 2006 de la Dirección General del Teatro Colón, proyecto 2.07.15, la AGCBA detectó deficiencias en el ámbito de la Dirección General que cuenta con un presupuesto de poco menos de 65 millones de pesos”, explicaron desde la Auditoría.

“La Unidad Ejecutora auditada -continuaron- tiene como objetivos principales: planificar, programar y dirigir las actividades del Teatro; definir el presupuesto total anual del Teatro Colón a presentar a las autoridades del Gobierno de la Ciudad y controlar su respectiva ejecución; optimizar el funcionamiento del Teatro Colón, dentro de sus competencias y en su carácter de representante institucional del mismo; proponer y ejecutar las políticas y acciones innovadoras que atiendan las necesidades de desarrollo cultural de la comunidad; promover el arte lírico, musical y coreográfico en sus expresiones más relevantes, transmitiendo a la comunidad su valor y significado”.

“La AGCBA encontró limitaciones al alcance que imposibilitaron un análisis cabal de la eficiencia, economía y efectividad en la actividad de la Dirección General auditada; elementos fundamentales para conocer el resultado de cualquier gestión”, dijeron desde la AGCBA.

Las falencias identificadas fueron las siguientes:

Del análisis efectuado sobre la gestión del Teatro Colón, surgió la necesidad de contar con una planificación estratégica referida a las actividades inherentes al servicio público que brinda el organismo.

La inexistencia de un adecuado Plan Anual de Compras ocasionó exceso en la aplicación del Decreto N° 1.370/01 (compras de emergencia), el que fue utilizado como mecanismo habitual para la adquisición de bienes.

El proceso de selección del repertorio de la temporada oficial careció de respaldo documental que diera cuenta de los criterios adoptados por la Dirección General al respecto.

La gestión en materia de suscripción de convenios reveló fallas de control interno y por oposición entre las áreas administrativas intervinientes, además de la inexistencia de registros que evidenciaran el efectivo cumplimiento de los mismos.

La persistencia de un vacío normativo que formalice la relación existente entre el Teatro Colón y la Fundación Teatro Colón atentó contra la integridad y transparencia que debió imperar en el desarrollo de las actividades conjuntas llevadas a cabo, al no permitir conocer fehacientemente las cifras provenientes de los ingresos producidos.

No se asentó ninguna información sobre la disponibilidad de recursos financieros correspondientes al Teatro Colón que fueron administrados por la Fundación. Las actividades rentadas que llevó adelante la Fundación bien podrían haber sido implementadas desde el Teatro con el objeto de acrecentar lo recaudado en concepto de recursos propios.

La meta física referida a público asistente alcanzó la pauta prevista. En cambio los indicadores utilizados por el Instituto Superior de Arte, en relación a alumnos a inscribir, verificó un significativo desvío. En ambos casos no se obtuvo documentación.