En medio del conflicto entre el Gobierno nacional y el sector agropecuario, que resurgió con nuevas medidas de fuerza por parte de los

ruralistas a raíz de la falta de respuestas de la administración de Cristina Kirchner, se suma la dramática situación que atraviesa otro sector vital de la economía bonaerense: el sector pesquero. En el Boletín Oficial del miércoles, el secretario de Pesca y Acuicultura de la Nación, Gerardo Nieto, dispuso que se extienda el área de veda permanente de merluza común (hubbsi) debido a la elevada presencia de especies juveniles.

Asimismo, según un informe de la Auditoría General de la Nación de este año, remarcan la gran cantidad de irregularidades que se detectaron. Entre ellas, resalta la cantidad de multas efectuadas y el significativo monto: $110.266.874,78. De la totalidad, sólo se pagaron $6.576.454,87, es decir, apenas el 5% del total. Sin embargo, no es la única, ya que otras irregularidades también se destacan (ver aparte).

El objetivo de la resolución pasa por resguardar la especie y fundamentalmente extremar las medidas de conservación de los ejemplares en desarrollo, tanto para los que ya cumplieron un año de vida como para los que fueron producto del último desove. La resolución se adoptó en línea con las recomendaciones que brindó, mediante un informe técnico, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), que mostraba la enorme preocupación por los resultados que arrojó la comparación entre las campañas de enero de 2008 con la de años anteriores sobre ese ejemplar de merluza.

"Los valores de abundancia de merluza en el área reproductiva fueron los más bajos en todo el período considerado (2005-2008)", apunta el Informe Técnico 18/08 del Inidep, que posteriormente le dio sustento a la 243. Por otra parte, la ampliación de la veda no hace más que sumar inquietudes entre armadores, empresarios y trabajadores, quienes en los últimos años sufrieron la casi sistemática reducción de espacios para operar.

La evolución de la merluza dentro del porcentaje total de pesca mantuvo un crecimiento sostenido desde fines de la década del ochenta, cuando ya representaba la especie dominante de todas las especies capturadas. Para entonces el volumen de pesca del ejemplar de acercaba a las 300 mil toneladas capturadas.

El ascenso alcanzó sus índices más altos entre 1995 y 1997, años en los que llegó a duplicar la cifra anterior. Sin embargo, desde 1998 comenzó el descenso de su importancia ya por informes del Inidep que alertaban sobre el peligro que podía conllevar la sobreexplotación de ese tipo de merluza.

Las voces son muchas para referirse al tema. Pablo Truera, del Sindicato Marítimo de Pescadores, afirmó a Hoy que "desde el punto de vista de la preservación de los recursos la resolución está bien, pero eso debería ser acompañado por una gestión más decidida por los organismos gubernamentales ya que el sector está en crisis". Asimismo, Truera detalló que no observa falta de voluntad política, sino "que las que son llevadas a cabo son políticas erróneas". En esa línea, dijo que la medida sí puede llegar a afectar los puestos de trabajo. "Tal vez exista voluntad, pero estas medidas significan menos trabajo para nosotros, y a la vez eso puede conllevar desempleo en el sector", concluyó.

Una política compensatoria

La grave crisis que afecta al sector desde hace una década es sumamente seria, y así parecen haberlo entendido las sucesivas autoridades gubernamentales, que comenzaron a adoptar diversas medidas preventivas para evitar la eliminación del ejemplar y poder impulsar su recuperación, desde el decreto de Emergencia Pesquera Nº 189/99 hasta la expansión de la veda actual.

La pregunta es básica y se desprende de la realidad: ¿se impulsa su recuperación, o las medidas son sólo preventivas pero no están siendo acompañadas por otras? Al respecto, el ex subsecretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Jesús Leguiza, le dijo a Hoy: "En pocas palabras, la medida está bien. Como todas las especies, la merluza debe estar controlada. Sin embargo, hay que ver si se puede encontrar una solución para la mano de obra que queda parada debido a la mayor restricción".

La medida, coinciden los especialistas, debe ser acompañada por apoyo económico de parte del Gobierno. Leguiza afirmó que "debe existir una compensación económica para los más perjudicados, como pasa en los países del llamado Primer Mundo, y para eso es necesario que exista un Fondo Compensatorio Nacional estable". Asimismo, se mostró de acuerdo con que, de existir las retribuciones monetarias, también existan severos controles para que los trabajos mejoren su sustentabilidad. "Debe mejorar la capacidad de control. Por ejemplo, en Comodoro Rivadavia debería existir un helicóptero para ir a buscar a los pesqueros que quedan varados a más de 600 millas de la costa, cosa que no existe y que serviría para resguardar la vida de los trabajadores", detalló.

Los índices técnicos que se revelaron a raíz del informe del Inidep fueron contundentes. Por ejemplo, el rendimiento horario promedio en peso total, tanto de juveniles como de adultos, mantuvo una tendencia decreciente en todo el período, que se traduce en una disminución del 11% entre 2007 y 2008 y del 73 por ciento entre 2005 y 2008.

Asimismo, en cuanto al rendimiento horario promedio en número de juveniles, se advirtió un cambio en la disminución progresiva pero, igualmente, se estimó una disminución de 64% entre 2005 y 2008, una cifra altamente preocupante. Respecto a los índices por grupo de edad (que se obtienen a partir de las tallas de los ejemplares), el informe afirma que se observó un incremento en los dos grupos involucrados. "El valor del índice de abundancia del grupo de edad 1 (de 15 a 23 cm) se incrementó en 2008 respecto a año anterior, mientras que si el año a cotejar es 2005, este año representó una disminución de 68 por ciento", especifica el informe.

La lista de las fallas

Entre las irregularidades encontradas por el informe de la Auditoría General de la Nación respecto al sector, se cuentan muchas. Entre ellas:

Buques con capturas de explotación no contempladas en sus permisos.

Buques con capturas anuales que exceden el cupo permitido en sus permisos.

Buques con períodos de inactividad significativos sin intervención de autoridad competente.

Buques que muestran capturas cuando carecían de permiso o éste se encontraba vencido.

Inconsistencia en la carga de datos del Registro de Pesca.

Casos de buques con más de un permiso de pesca en el mismo período.

Aumentos en el sector, clave para entender el problema

La crisis de la industria de la pesca es muy visible. Mariano Pérez, titular de la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (Caipa), calificó de "evidente" el agotamiento del modelo económico de los últimos cuatro años en el sector. Para graficar lo endeble del presente, hizo hincapié en los aumentos de precios que, de manera sostenida, vienen acarreando desde la Cámara, que nuclea a más de 20 grupos económicos dedicados al mercado portuario. "De 2001 a esta parte, el precio del combustible se incrementó en más de un 200%, el de los salarios superó el 230% y los insumos aumentaron al ritmo de la cotización del euro, como los repuestos de las embarcaciones y los derivados del petróleo", especificó.

Desde las distintas cámaras solicitan trabajar en conjunto con los gobiernos, tanto provincial como nacional, y no confrontar, para no incentivar así la caída que se profundiza con el tiempo. "El relanzamiento que la industria pesquera logró con la devaluación, hoy ya no alcanza para seguir creciendo e invirtiendo en el negocio, porque tampoco está clara la perspectiva a futuro", añadió Pérez.

La crisis internacional afecta los precios de todos los commodities, y la pesca no queda excenta de la situación de fragilidad existente. "Los precios de los commodities pesqueros están estabilizados, incluso algunos pueden llegar a caer más en el corto plazo. En este contexto, se ha reducido la rentabilidad", afirmó Antonio Solimeno, presidente del grupo empresarial homónimo que opera con base en Mar del Plata a través de cuatro grandes plantas de procesamiento y más de quince buques.

La Auditoría había advertido de la situación

La auditoría general de la Nación ya había advertido la situación, pero al parecer la parte gubernamental involucrada no escuchó las recomendaciones. En 2001 presentó un informe en el que marcaba las falencias del sector y destacaba la situación de la merluza. "A fin de cuantificar el daño sobre el recurso, la dirección nacional de Pesca y Acuicultura debería encarar la realización de estudios y evaluaciones económicas sobre el impacto de la depredación y, simultáneamente, implementar políticas de prevención y mitigación", aseguró la Auditoría.

Asimismo, resalta que "la complejidad y lentitud en la aplicación de los procedimientos sancionatorios a las violaciones a la ley federal de Pesca, la falta de recursos humanos en el área sumarios de la DNPyA, la reducida cantidad de inspectores a bordo de los buques asignados a la tareas de fiscalización y la ausencia de controles sistemáticos sobre los buques pesqueros, ponen de manifiesto una falta de eficiencia y eficacia en la función de controlar del organismo".

La contrapartida del endeble panorama

El calamar viene en ascenso, aunque la sostenida caída de la merluza deja en penumbras ese repunte

Dentro de la crisis que afecta al sector pesquero y de las nuevas medidas que restringen aún más los trabajos sobre una especie determinada, en este caso la merluza, existe la contrapartida que representa el calamar. La especie ocupa un lugar sumamente importante dentro del sector, ya que representa casi la totalidad de los moluscos capturados anualmente: el 96% al año 2005. El volumen también es mayoritario, ya que su explotación constituye la segunda en importancia dentro de la totalidad de las capturas realizadas en el Mar Argentino.

Los desembarcos de calamar alcanzaron las 253 mil toneladas en lo que va del año, una cifra que marcó un aumento de 9,4% respecto al año anterior. Si los números a tomar en cuenta son los de agosto, el volumen alcanzó las 5.900 toneladas, marcando un sensible ascenso de 262%.

La merluza hubbsi (común) fue la especie que se diferenció del resto por ser la de más volumen capturado en agosto, ya que llegó a superar las 20 mil toneladas. Sin embargo, la cifra continúa en baja ya que es inferior en un 25,6% en comparación con 2007. En lo que va del año sólo se capturaron 178 mil toneladas, casi 7% menos que en el mismo período del año pasado. Dos realidades diferentes para un sector al que la falta de apoyo económico y político hace tambalear cada vez más fuertemente.