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El estudio advierte una “adhesión de los usuarios al sistema un poco desordenada”. Además, destaca que los subsidios “no favorecieron a los sectores más bajos”. Los auditores peronistas tildaron al trabajo de “prehistórico”. 

La Auditoría General de la Nación (AGN) aprobó un informe en el ámbito de la ex Secretaría de Transporte de la Nación, de Nación Servicios S.A. y de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) referido a la verificación de acciones y controles ejercidos respecto a la implementación del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) y del cumplimiento de objetivos propuestos en el momento de su creación.

Lo llamativo fue que para aprobar el informe se necesitó el desempate del Presidente de la Auditoría General de la Nación, Oscar Lamberto, ya que por distintos motivos los auditores peronistas decidieron no votar el trabajo elaborado por la Gerencia de Control de Entes Reguladores y Empresas Prestadoras de Servicios Públicos de la AGN.

El documento, presentado por Gabriel Mihura Estrada, auditó el período 2009-2013 y advierte “defectos en la planificación del proyecto que repercuten en la implementación”.  “Faltan normas precisas como no prever adecuadamente la participación de las empresas de transporte”, señala el trabajo de los auditores.

En cuanto a la utilización de la tarjeta, las observaciones marcan que la adhesión de los usuarios al sistema fue “un poco desordenada”. “Solo cuando se condicionó el pago de una tarifa inferior se logró ese objetivo”, agregó Mihura Estrada, que además advirtió que “durante los últimos cuatro años del período auditado no se trataron las rendiciones de cuentas de la Secretaría de Transporte, referidas a ingresos por mil millones de pesos y gastos por 970 millones”.