En marzo de 1982 José Luis Labayen había cumplido con el servicio militar obligatorio. Un mes después, el 9 de abril, lo reincorporaron al grupo radar terrestre para el 13 de abril partir hacia las Islas Malvinas. “Todo fue muy rápido, teníamos la esperanza de que no íbamos a entrar en guerra, pensábamos en lo que había pasado con Chile en el año ‘74 y creíamos que no pasaría nada”, contó el ex-combatiente durante una entrevista con el programa El Dedo Gordo, que se emite por Radio SI.

La Guerra de Malvinas se cobró la vida de 649 soldados argentinos en el campo de batalla, más cientos de vidas perdidas por las secuelas. 

La Guerra de Malvinas se cobró la vida de 649 soldados argentinos en el campo de batalla, más cientos de vidas perdidas por las secuelas de la guerra. Labayen recordó que en su grupo eran 10 soldados y un suboficial. "Perdimos a tres compañeros y tuvimos dos heridos”, lamentó el actual vicepresidente de la Casa del Ex Soldado Combatiente de Malvinas (C.E.MA.), y expresó que son cosas que no se olvidan y que cuando llegan las fechas conmemorativas se vuelve muy triste. 

Labayen pasó más de 60 días junto a sus compañeros en la guerra. “Es una hermandad que vas construyendo. Pasamos hambre, frío, nos apoyamos mucho”, sintetizó. Además compartió que mientras estaban en la guerra no veían una salida, no sentían el apoyo de nadie, ni siquiera de los oficiales de mayor rango. “A nosotros nos chillaba el radar cuando venían los aviones y los barcos y a los 15 minutos empezaba el ataque. Entonces ellos para ablandarlos nos informaban que habían pasado cuatro Harriers y habían volteado a dos. Eran todas mentiras porque después te pones a contar y no te cierra”.

Labayen fue tomado prisionero el 11 de junio de 1982 tras un ataque en el monte Longdon y trasladado a un galpón del establecimiento Fitz Roy.

El 11 de junio de 1982 fue tomado prisionero tras un ataque en el monte Longdon y trasladado a un galpón del establecimiento Fitz Roy. “Pensé que me iban a fusilar”. A él lo encontraron con un herido y un fallecido, y a esa difícil situación se le sumó que los soldados ingleses gritaban y él no sabía hablar inglés. Según explicó tardaron una semana en volver al continente, primero lo tomaron prisionero, después lo juntaron con el resto de los compañeros y volvió a Puerto Madryn en barco. Durante el conflicto, pudo comunicarse con su familia apenas por algunas cartas que escribió. Recién en el aeropuerto de Trelew, antes de partir hacia Campo de Mayo, pudo comunicarse telefónicamente. “Me acuerdo que mi familia y mis amigos me tocaban la panza, porque les habían dicho que yo estaba herido”, rememora. 

La Casa del Ex Soldado Combatiente de Malvinas (C.E.MA.) es una institución de ex soldados conscriptos combatientes de Malvinas, alejada de identificaciones político partidarias, que apuesta firmemente a construir desde la diversidad y la pluralidad. En este sentido, Labayen reflexionó sobre la importancia de que ellos estén vivos para poder contar la historia de Malvinas: “Damos charlas por La Plata, en las escuela y siempre decimos que los chicos, y grandes también, tienen que aprovechar que estamos acá, que la historia de Malvinas la podemos contar nosotros, eso no se tiene que perder”. 

"Nosotros no somos héroes, los héroes son los que quedaron custodiando nuestras islas. No debemos olvidar a nuestros caídos y a sus familias que sufren desde hace 40 años”, señaló José Luis Labayen.