En la Arena Quarterback Immobilien, ubicada en la ciudad alemana de Leipzig, 1400 personas voluntarias asistieron a un espectáculo musical con el objetivo de analizar los riesgos de contagio de coronavirus

¿En qué consistió? Los espectadores fueron testeados con anterioridad, al ingresar al estadio se les tomó la temperatura, se les colocó un dispositivo de rastreo, un tapabocas y un desinfectante fluorescente. Una vez equipados tuvieron que recrear diferentes situaciones: un primer recital sin distanciamiento social, el segundo con medidas moderadas y en el último las reglas fueron más estrictas. La simulación incluyó, en los descansos, la compra de bebidas y alimentos en stands y el uso de los baños. 

¿Nueva normalidad? Alemania evalúa cómo evitar contagios en recitales

Cada medida tuvo una finalidad de análisis en particular. Los rastreadores se usaron para medir la cantidad de veces en las que una persona se acercaba a otra, mientras que el desinfectante fluorescente sirvió para determinar qué superficies eran las más tocadas por los participantes.

Uno de los elementos novedosos del análisis fue el uso de una máquina de humo para imitar la propagación de aerosoles. ¿Cómo? El equipo de investigación iba lanzando el contenido hacia el público y luego ascendía en forma de espiral. De esta manera, los datos recabados sirvieron para compararlo con el dióxido de carbono emitido. ¿Por qué? porque, entre las múltiples teorías sobre el virus, se sostiene que el coronavirus puede mantenerse suspendido en el ambiente.

El objetivo de este estudio es sumar información sobre la posibilidad de contagios en recitales durante la pandemia. Más allá de lo que aseguren los resultados, que estarán listos para principios de octubre, el dueño del estadio informó a distintos medios locales que de todas maneras esa cantidad de espectadores no cubren los costos operativos de abrir la Arena. En Leipzig este tipo de espectáculos está permitido con hasta mil asistentes y bajo estrictas normas de seguridad. 

Esta investigación estuvo dirigida por Stefan Moritz de la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg. El investigador comentó a medios internacionales que fue contactado desde Australia, Bélgica y Dinamarca en donde querían hacer estudios similares. Por lo pronto los resultados de Alemania están previstos para principios de octubre y serían presentados ante las autoridades políticas para que puedan determinar cómo seguir. 

Lejos de este panorama, en Argentina los eventos con audiencias masivas continúan prohibidos. A raíz de esto, en julio se conformó una nueva cámara: Industria del Entretenimiento Argentino (IDEAr). Está compuesta por más de tres mil espacios de todo el país y se creó con el objetivo de elaborar un protocolo para la puesta en marcha de esta industria. 

IDEAr reúne trabajadores de salas de música en vivo, discotecas y eventos masivos. Según comunicaron, el número de trabajadores afectados por el cese de tareas asciende a 500.000. “Si se suman los sectores transversales -hotelería y gastronomía, entre otros-, el número de familias asociadas a nuestra industria llega a casi un millón”, explicaron en las redes sociales de la cámara. 

Este nuevo espacio trabaja en conjunto con la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET), la Asociación de Managers Argentinos (ACMMA), la Cámara Argentina de Proveedores de Técnica para eventos y espectáculos (CAPTE) y la Cámara de la Industria del Espectáculo y Afines (CIEyA). “Juntos integramos una mesa multisectorial, convocada por el Ministerio de Cultura de la Nación, para conformar y activar protocolos de regreso seguro y responsable”, indicaron.

En las últimas semanas la cámara consiguió distintas medidas económicas paliativas para sus representados. En la Ciudad de Buenos Aires se aprobó la ley 6315 la cual condona el pago de ABL para los meses de junio y julio. El Ministerio de Cultura porteño consiguió que se incorpore en este beneficio a los locales bailables. 

Por su parte, el gobierno nacional anunció una línea de Crédito para las PYMES Culturales Argentinas. La misma tiene un monto de $ 750 millones, de los cuales a cada pyme se le puede otorgar hasta siete millones, a pagar en 24 meses con una tasa impositiva del 18%.