En Argentina se genera un promedio de 45 mil toneladas diarias de residuos sólidos urbanos, lo que equivale a una tonelada de basura cada dos segundos. En un mundo consumista, reparar es un acto de rebeldía. 

¿Qué es? La economía circular se da cuando los materiales en vez de ser desechados y pasar a ser basura, se vuelven a introducir en la cadena de valor o producción, dándole un nuevo uso o reutilizando el material para otro producto. 

Se basa en alargar el uso de ciertos materiales y en la reutilización de elementos que puedan tener una nueva vida útil donde productos se mantienen en uso el mayor tiempo posible.

La economía circular reduce drásticamente la generación de desechos y el consumo de nuevos recursos.

Los beneficios que presenta la economía circular son sociales, ambientales y económicos. Por el lado ambiental, al alargar el uso de ciertos materiales con la reutilización, se genera una reducción de la extracción de recursos naturales. Y también se disminuye la generación de residuos, lo cual concluye en menos contaminación del agua, el suelo y el aire. Todo esto colabora en la preservación de la biodiversidad.

La economía circular no solo es beneficiosa para el medio ambiente, sino que también ofrece ventajas significativas para la economía y la sociedad. Respecto a los beneficios económicos, esta práctica impulsa la creación de nuevos empleos en sectores como la reparación, el reciclaje y la reutilización.

Además, la economía circular permite a las empresas ahorrar en costos al producir el uso de materias primas y fomentar la competitividad para abrir nuevos mercados y oportunidades de negocio. 

Desde una óptica social, la economía circular mejora la calidad de vida de las personas al reducir su exposición a la contaminación, promover la responsabilidad ambiental y el consumo sostenible creando comunidades resilientes y sostenibles.

El camino hacia la circularidad implica desafíos, pero es cada vez más claro que este nuevo modelo económico es imprescindible para garantizar un futuro próspero y sostenible para las generaciones venideras, ya que ayuda a reducir la contaminación.

Según un informe de ONU Medio Ambiente, en el que han participado un grupo de científicos independientes, una economía circular podría reducir entre un 80 y un 99% los desechos industriales en algunos sectores y entre un 79 y un 99% de sus emisiones.

En 2020 la Auditoría General de la Nación hizo un informe de seguimiento sobre el Plan Integral de Residuos Sólidos Urbanos en el que detectó la estrategia de gestión desactualizada, la falta de coordinación entre Nación y provincia y la ausencia de información clave de las plantas de residuos provinciales.

Diferencias entre economía circular y lineal

En la economía lineal se sigue un patrón de "extraer, usar y desechar". Los recursos se extraen, se utilizan para fabricar productos y luego de ser usados, se desechan como residuos.

Durante la revolución industrial se sentaron las bases de este modelo y se permitió así, la producción masiva de bienes gracias al uso intensivo de recursos finitos y la degradación del capital natural.

Si bien trajo muchos beneficios como el aumento de la prosperidad, este desarrollo global sólo fue posible mediante la sobreexplotación de recursos.

Los impactos ambientales negativos son cada vez más evidentes, como la degradación de suelos, contaminación marina, pérdida de biodiversidad, escasez de agua dulce y deforestación.

El enfoque vigente de extraer, producir y desechar está destruyendo el capital natural del que depende la economía. Por lo tanto, es insostenible a largo plazo y se necesita una transición hacia un modelo más circular y regenerativo.

La economía lineal solo es posible mediante la sobreexplotación de recursos, a diferencia de la economía circular que da a ese producto una nueva utilidad.

En cambio, en la economía circular se busca mantener los recursos en uso durante el mayor tiempo posible, creando un flujo cíclico de materiales. Los residuos se minimizan y se convierten en nuevos recursos.

Fomentar la eficacia del sistema de producción y consumo favorece el conjunto de actuaciones humanas y el impacto negativo ambiental que genera el conjunto de actuaciones humanas.

¿Qué podemos hacer desde nuestra casa?

En este modelo, los materiales y productos se mantienen en uso el mayor tiempo posible, reduciendo al mínimo la generación de residuos. Se logra mediante la implementación de estrategias clave como:

  • Reducción: minimización del uso de recursos naturales y materias primas en la fabricación de productos.
  • Reutilización: dar una nueva vida útil a los productos o componentes que ya han sido utilizados.
  • Reparación y reacondicionamiento: extender la vida de los productos mediante su reparación, actualización o restauración.
  • Renovación y remanufactura: aprovechar los materiales de productos en desuso para fabricar nuevos.
  • Reciclaje: diferenciar los materiales usados para obtener nuevas materias primas que permitan la elaboración de nuevos productos.

La adopción estratégica y sistemática de procesos de retención de valor puede acelerar el movimiento de un país hacia una economía circular, aumentando la producción sin incrementar los impactos ambientales negativos.

Instructivo Sistema de Información para la Economía Circular

Marco jurídico

En Argentina, el decreto 392/2023, conocido como Residuos No Peligrosos Valorizados, promueve los principios de la economía circular. Se establecen restricciones a la importación de este material para fomentar el aprovechamiento de los disponibles en el país.

Estos residuos son restos que no representan un riesgo para la salud, ni el medio ambiente y se utilizan como materia prima en otros procesos productivos como plásticos, cartón y metales.

Por medio del Sistema de Información para la Economía Circular (SIEC), herramienta que permite priorizar el uso de Residuos No Peligrosos Valorizados generados en Argentina, se habilita la importación de estos residuos únicamente cuando sea necesario.