En su informe “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo 2022”, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) proyecta para este año un déficit en horas trabajadas a nivel mundial equivalente a 52 millones de puestos de trabajo a tiempo completo, con respecto al último trimestre de 2019.  De hecho, el organismo realizó un primer borrador donde estimaba 26 millones de puestos, pero las variantes de coronavirus duplicaron lo previsto. La tasa de empleo a nivel global se ubica en torno al 55,4%.

Dentro del trabajo del informe de OIT también se destacan dos cuestiones más: por un lado, el desempleo se mantendrá por encima de los niveles anteriores al coronavirus al menos hasta el año que viene y por otro, a pesar de lo alarmante de la previsión, supone una mejora con respecto a la situación de 2021.

Las cifras indican que para este año habría 207 millones de personas desocupadas, cuando en 2019 había 186 millones. “El efecto general en el empleo es significativamente mayor al representado en estas cifras, pues muchas personas han abandonado la fuerza de trabajo”, asegura la OIT. 

Una recuperación desigual

La Organización también indica que hay diferencias en los efectos de la crisis entre grupos de trabajadores y regiones, lo que agudiza las desigualdades en los países y debilita el entramado económico, financiero y social de casi todas las naciones, independientemente de su nivel de desarrollo. “Es probable que se necesiten años para reparar este daño”, señala el informe.

En Europa y América del Norte se observan los indicios de recuperación más alentadores y los más negativos en Asia Sudoriental, y América Latina y el Caribe.

En este sentido, el documento destaca en Europa y América del Norte se observan los indicios de recuperación más alentadores y los más negativos en Asia Sudoriental y América Latina y el Caribe. El director general de la OIT, Guy Ryder, consideró que “la perspectiva sigue siendo frágil y la vía hacia la recuperación es lenta e incierta”. También consideró que se observan daños potencialmente duraderos en el mercado de trabajo, junto con un preocupante aumento de la pobreza y la desigualdad. “En muchos casos, los trabajadores se están viendo obligados a cambiar a un tipo diferente de trabajo, por ejemplo, en respuesta a la prolongada caída de los viajes y el turismo internacional”, argumentó 

Para  Ryder, “no puede haber una verdadera recuperación de esta pandemia sin una amplia recuperación del mercado de trabajo”. Además consideró que, para ser sostenible, la restauración debe basarse en los principios del trabajo decente, con inclusión de salud y seguridad, igualdad, protección social y diálogo social.