Gilbert Houngbo: "En una época de divisiones, mi compromiso es ser unificador"
El director electo de la Organización Internacional del Trabajo sucederá al británico Guy Ryder, quien deja su puesto luego de 10 años. El togolés tomará posesión del cargo a partir de octubre.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) tiene un nuevo director general. Gilbert Houngbo, oriundo de Togo, quien fue hasta el nombramiento presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), fue elegido por el Consejo de Administración por sobre otros cinco candidatos.
Houngbo tomará posesión del cargo a partir de octubre de 2022. Hasta ese momento seguirá en sus funciones el británico Guy Ryder quien encabeza la OIT desde el año 2012. El organismo especializado más antiguo de la ONU cuenta con un Consejo de Administración compuesto por 56 miembros titulares y 66 suplentes que representa a los 187 Estados miembros.
En la conferencia de prensa posterior a la elección, Houngbo aseguró que aunque sus orígenes sean africanos, su perspectiva es global. “En una época de divisiones, mi compromiso de ser un director general unificador se mantiene firme, seré el director general de nadie y el de todos”.
"La discriminación, la violencia y el acoso son expresiones de una injusticia social inaceptable a la que estamos obligados moralmente, si no legalmente, a combatir".
El togolés aseguró que tanto los gobiernos como los empleadores y los trabajadores, de todas las regiones del mundo, deben confiar en su "total disposición" a representar y defender "las opiniones de todos los mandantes tripartitos de la organización".
En su discurso centró el foco en las más de 4.000 millones de personas en el mundo sin protección social, los 200 millones de desempleados y los 160 millones de niños que trabajan. También hizo referencia a las empresas que se enfrentan a los problemas en las cadenas de suministro o al cierre debido a las crisis, como la pandemia, el cambio climático y los conflictos armados.
Por último manifestó su deseo de mejorar la situación de las mujeres y los hombres que se enfrentan a la discriminación, la violencia y el acoso en el lugar de trabajo y concluyó que “todas ellas son expresiones de una injusticia social inaceptable a la que estamos obligados moralmente, si no legalmente, a combatir".