En 2007 fue sancionada la Ley 26.281 que establece la responsabilidad de prevenir y controlar las formas de transmisión de la enfermedad de Chagas y declara de interés nacional el desarrollo de intervenciones que permitan dar respuestas preventivas y de tratamiento. Sin embargo, la normativa tuvo desde entonces una implementación parcial. 

Al no estar reglamentada en su totalidad, durante los últimos 15 años solo algunos artículos de la norma tuvieron cierto desarrollo como el cuatro, que obliga a cumplir con la realización del examen de sangre a toda persona gestante y que establece que el resultado positivo no debe ser una limitación para el ingreso a un establecimiento educativo; o el cinco, que especifica la prohibición en efectuarse pruebas de serología que determinen la infección en aspirantes a cualquier tipo de empleo o actividad. 

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En abril del año pasado, mediante el decreto 202/2022, el Gobierno Nacional decretó la reglamentación de la totalidad de la Ley. Para Mariana Sanmartino, integrante de la Asociación Civil Hablemos de Chagas e investigadora del CONICET, ésta medida permitió una "mayor visibilidad en la temática, tanto que en agosto del 2022 se volvió a formalizar la creación del Programa Nacional de Chagas”, sostuvo en comunicación con El Auditor.info.

“No corresponde anteponer ningún prejuicio en el que se relacione al Chagas con la pobreza y el vivir en el campo", subrayó Sanmartino.

A su vez, Sanmartino expuso la importancia de que se hable sobre la problemática “sin discursos estigmatizantes” y que se cumpla el Art. 2 que detalla la importancia en torno a la educación y a la comunicación, como también los artículos que mencionan los derechos de las personas.

El grupo ¿De qué hablamos cuando hablamos de Chagas? surgió en 2011 tras un encuentro de miembros de distintos sectores académicos que se reunieron con el objetivo de organizar “La semana de Chagas” en el Museo de La Plata. A partir de ahí, con el objetivo de abordar la problemática desde una mirada crítica a los discursos tradicionales, el equipo siguió realizando eventos, material educativo y comunicacional sobre la enfermedad.

Cómo se contagia el chagas

La enfermedad de Chagas afecta a 3 de cada 10 personas que se infectan con el Trypanosoma cruzi, un parásito que se transmite a través de los insectos conocidos como “vinchuca” o “chinche”. Es distinta de la infección por Chagas que implica que el parásito está en el organismo, pero no se manifiestan síntomas a diferencia de la enfermedad que incluye las afecciones de las etapas aguda y crónica sintomáticas.

“Como estadísticas no hay es difícil establecer un punto base. Esa es otra deuda pendiente", identificó Sanmartino.

En epidemiología, un vector de enfermedad es cualquier agente vivo que porta y transmite un patógeno infeccioso a otro organismo vivo. En el momento en que la vinchuca infectada con el parásito se alimenta, defeca y en esa materia fecal es donde van a estar alojados los parásitos, es decir que al momento de rascarse esa picadura ingresa el trypanosoma cruzi al organismo.

La transmisión por el vector es la vía más nombrada y conocida, pero no la única. En algunos casos, se puede dar la transmisión transplacentaria durante la gestación ya que una persona infectada puede transmitir el parásito a su bebé durante el embarazo o el parto.

“Si ese bebé que nace con Chagas es detectado a tiempo y recibe el tratamiento correspondiente tiene 100% de probabilidades de curarse”, aseguró Sanmartino y agregó que por eso en Argentina el análisis que identifica al Chagas es obligatorio por ley a todas las personas gestantes, provengan de asentamientos rurales o urbanos, ya que “en cualquier parte del planeta en donde haya una sola persona con Chagas, puede existir Chagas”. En este sentido, aclaró que “no corresponde anteponer ningún prejuicio en el que se relacione al Chagas con la pobreza y el vivir en el campo".

Las anteriores son las vías de transmisión más importantes y vigentes en Argentina, sin embargo existen algunas menos frecuentes que son la vía transfusional, la vía oral, accidentes de laboratorio y uso de jeringas compartidas.

El análisis de un nuevo tratamiento

"Estudiamos lo micro, para luego comprender lo macro", indicó Federico Penas, licenciado en Genética, Doctor de la UBA e Investigador Adjunto del CONICET, en referencia al trabajo que realiza junto a su grupo. Ellos estudian, entre otras líneas de investigación, los efectos del tratamiento con fenofibrato, como modulador de la respuesta pro-inflamatoria en monocitos y macrófagos cardíacos frente a la infección con Trypanosoma cruzi.

Penas explicó que, junto a su equipo, analizan cómo la presencia del vector impacta en las interacciones celulares o moleculares dentro del entorno cardíaco, para luego evaluar los efectos moduladores de fenofibrato en dichas interacciones. Puntualmente, intentan dilucidar qué sucede cuando el parásito ingresa al tejido cardíaco, cómo responden estas células, qué mecanismos de defensa presentan y cómo dichos mecanismos en el intento de eliminar al parásito, terminan siendo perjudiciales a largo plazo. En ese contexto, estudian los efectos anti inflamatorios de fenofibrato.

Si bien la mayor parte de su trabajo lo realizan en modelos in vitro e in vivo de infección, hay otra línea de investigación que llevan adelante, en el marco de la tesis doctoral de su compañera, la Licenciada en Biología, Azul Pieralisi, donde estudian los efectos de esta droga en células inmunes de la sangre de pacientes con diferente grado de cardiopatía. Dichas investigaciones se realizan en colaboración con el servicio de cardiología de los Hospitales Argerich y Ferrer, ambos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Penas, además, describió que la “patología que se desarrolla luego de la infección, es de etiología mixta, donde, tanto la presencia del parásito, como la prolongada respuesta inflamatoria son muy importantes en la aparición y progreso de los síntomas”. Entendiéndose a esta enfermedad infecciosa como una inmunocardiopatología.

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“En este sector del continente, la patología más predominante es la cardíaca”, manifestó Penas.

A su vez, Penas explica que la idea del laboratorio es que en un futuro no lejano puedan tratar a pacientes con fenofibrato y evaluar si dicho tratamiento, junto con el antiparasitario (benznidazol), retrasa o evita la aparición de las manifestaciones cardíacas, típicas de esta enfermedad. De esta manera se buscaría, no solo matar al parásito, sino también controlar la respuesta inflamatoria que conlleva al desarrollo de la miocardiopatía.

El experto refirió a la falta de conocimiento que hay respecto a esta enfermedad. Para Penas es importante que se deje de mencionar “mal de Chagas”, ya que dicha denominación es vieja, estigmatizante y lleva a la discriminación. En ese sentido, él también resalta que aún hoy se sigue diciendo “chagásico” a las personas que fueron infectadas con el parasito. “Es como llamar covidoso o canceroso a pacientes con covid o cáncer, son percepciones que llevan al estigma y no hacen otra cosa que complicar la vida de los afectados”, ejemplifica. Hay que seguir enseñando para no convertir a las enfermedades en insultos.

Responsabilidad estatal

El Ministerio de Salud es la autoridad de aplicación de la Ley 26.281, es decir, el organismo responsable de evaluar, elaborar instrumentos, recomendaciones, guías sobre normas técnicas, vigilancia epidemiológica, prevención, detección, tratamiento y seguimiento de personas con chagas en la fase aguda y crónica de la enfermedad, basadas en la mejor evidencia disponible.

También es el encargado en investigar y formular instrumentos, recomendaciones y guías, posibles de revisión y actualización, sobre normas técnicas de diagnóstico clínico y laboratorial de la enfermedad de Chagas, como así su correspondiente tratamiento y la supervisión en su implementación. Establecer la programación sobre normas de prevención, vigilancia y control también están entre sus responsabilidades.

Desde la Subsecretaría de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación especificaron las acciones ejecutadas desde el 2020 hasta ahora. Entre ellas, se destaca la reglamentación de la Ley de Chagas, la institucionalización del Programa Nacional de Chagas, la creación de la Red Argentina de Vigilancia de la Resistencia a los Plaguicidas a partir de la conformación de un comité científico técnico interinstitucional para fortalecer el trabajo de diferentes áreas en el desarrollo de acciones que promuevan el manejo eficiente de insectos que transmiten enfermedades con un enfoque sanitario y ambiental.

Además indicaron que se optimizó el algoritmo “diagnóstico para detección de Chagas de transmisión vertical” con incorporación del método PCR como técnica de diagnóstico. Al mismo tiempo especificaron la formación continua en el abordaje integral de la temática, investigación y acción sostenida en adherencia al tratamiento en niños y niñas, la creación de una mesa transdisciplinaria y la aplicación y sostenimiento de la Red de Información Educación y Comunicación.

Dónde atenderse

De acuerdo a la ley, el análisis y el tratamiento para el Chagas son gratuitos y se realizan en todos los centros de salud, hospitales públicos y privados del país.

Para identificar o reportar insectos que transmiten el Trypanosoma cruzi, las personas pueden comunicarse con las autoridades y equipos locales que hacen el abordaje vectorial de Chagas, con la Dirección de Control de Enfermedades Transmitidas por Vectores, a través de vectores.msalnacion@gmail.com o visitar la aplicación de GEOVIN.

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