El 11 de diciembre es el Día Internacional de las Montañas con la particularidad de que este año, el 2022, fue designado por la Organización de las Naciones Unidas como el Año Internacional del Desarrollo Sostenible de las Montañas con el fin de adoptar medidas que mitiguen el cambio climático en estos territorios. ¿Por qué es importante protegerlas? 

A nivel mundial las montañas ocupan el 27% de la superficie terrestre y albergan a un 13% de la población mundial. Además, suministran entre el 60 y 80% del agua dulce. El cambio climático, la minería a cielo abierto y otras actividades humanas son amenazas para estos frágiles ecosistemas.

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Montañas 🏔 #SHORT

Nuestro país tiene 825.670 km2 de superficie montañosa, según datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Esto representa el 29% del territorio argentino, donde viven más de 1,5 millones de personas. “El rol de las montañas es muy importante en términos culturales, ya que alberga muchas comunidades indígenas y una gran diversidad biológica que brindan numerosas contribuciones a la vida humana, al ambiente y al planeta”, mencionó Bibiana Vilá, Doctora en Ciencias Biológicas, investigadora superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en comunicación con El Auditor.info

Desde el CONICET trabajan en más de 100 proyectos de investigación donde las montañas son objeto de estudio.

“Lamentablemente las montañas están en situación de vulnerabilidad y se van despoblando, excepto en aquellos lugares donde hay fuentes de empleo. Las actividades de la vida tradicional en las montañas, la agricultura de pequeña escala, el pastoreo de animales, muchas veces entra en conflicto con otros usos de la tierra como la minería, que, si bien ofrece puestos de trabajo, genera un fuerte deterioro ambiental especialmente en el consumo y contaminación de las aguas”, agregó Vilá. 

Esta situación no es menor, ya que de las montañas viene la mayor parte del agua dulce en el mundo. En el caso del altiplano, que es una zona árida, el uso del agua y su cuidado adquiere mayor relevancia. “La minería cuenta con el beneplácito y apoyo desde las autoridades en desmedro de políticas de desarrollo regional para actividades pastoriles o emprendimientos locales. El conflicto entre las actividades extractivistas, generalmente a cargo de corporaciones extranjeras, y los derechos de las comunidades al territorio son permanentes”, alertó Vilá. 

En cuanto a los habitantes de estas zonas, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estableció como lema de este año “Las mujeres mueven montañas”, ya que amenudo “son las principales administradoras de los recursos de las montañas”, según la FAO.

Collage realizado por niños de primaria de Santa Catalina, Jujuy, por el Día de la Pachamama en agosto.

Cambio climático

Los problemas que sufren las montañas hoy tienen que ver con el cambio climático (derretimiento de glaciares), extractivismo, problemas de tenencia de la tierra de las comunidades que viven allí, dificultades para articular los productos de las comunidades de montaña con economías de mercado, aun en su fase artesanal, aislamiento y emigración de jóvenes, según explicó Vilá. Las poblaciones que habitan estas tierras, son quienes terminan cuidando de ellas. 

“Las montañas son muy importantes para la gente y el planeta, como dice justamente, el lema del año internacional propuesto por la ONU”, indicó la especialista. Desde el CONICET actualmente tienen más de 100 proyectos de investigación donde las montañas son objeto de estudio. 

Comité de Montañas 

El 30% de las áreas claves de biodiversidad están en las montañas. Estos territorios son fuente de recursos genéticos vitales. Por estas razones, en nuestro país se creó el Comité para el Desarrollo Sostenible de las Regiones Montañosas para pensar el futuro de estas zonas. Este Comité tuvo sus inicios en 2005 pero logró oficializarse en 2020 y está integrado por distintos ministerios. 

Alejandra Tejedo es geóloga y directora de Geología Ambiental y Peligros Geológicos del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), organismo que forma parte del Comité. Entre los aportes que realizan, están los riesgos y peligros. “Brindamos información con respecto al estado natural que se encuentran las rocas de la montaña y cómo influye la actividad humana, que muchas veces es de manera negativa. Cuando se construye un camino de montaña, no se tiene en cuenta algunas condiciones geológicas y de pendiente que ocasionan derrumbes a largo plazo. 

Para esto realizan mapeos para saber qué zonas son peligrosas y qué se debería hacer para evitar esos riesgos. “Consideramos tipos geológicos: tipo de la roca, si es buena, si es mala, si presenta rotura, la pendiente, si la ladera tiene vegetación o no. Hacemos un mapeo en cuanto al peligro que pueda presentar por zonas el camino. Eso sirve para ver qué obras se necesitan para que no se derrumbe”, indicó Tejedo. 

Como explica Tejedo, en Argentina, las montañas son distintas dependiendo la zona, variando de Norte a Sur. “Cambia su forma, la roca que la compone, la altura, la erosión que sufre y los procesos geológicos”, aclaró. 

Glaciares 

Debido al cambio climático y a las actividades humanas, el retroceso de los glaciares en las montañas puede causar escasez de agua dulce, deslizamientos, sequías, inundaciones y liberación a la atmósfera de CO2 congelado. En Argentina hay al menos 16.968, distribuidos a lo largo de la Cordillera de los Andes y de las islas del Atlántico Sur. Desde 2010, nuestro país cuenta con la Ley 26.639 que busca protegerlos, sin embargo un informe de la Auditoría General de la Nación de 2018 admitió que “no es posible afirmar que los glaciares estén efectivamente protegidos”.