La revista especializada “Clinical Epidemiology and Global Health” publicó un informe de la Universidad Nacional de Rosario que por primera vez muestra evidencia de cómo crecen los casos de cáncer en la gente que vive en pueblos agrícolas en donde se fumiga con agroquímicos

La investigación se llevó a cabo gracias a una modalidad única en su estilo: los campamentos sanitarios. La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Rosario, entre 2010 y 2019, le proponía a sus alumnos como práctica final que se instalen, junto con docentes, durante una semana en un pueblo. Se hacía una encuesta y se reunían evidencias. En los siete años que aparecen en el informe final se realizaron 40 campamentos y estuvieron involucradas 27 mil personas de ocho localidades.

Concretamente los datos que arrojó el trabajo son que en la población de entre 15 y 44 años la probabilidad de morir de cáncer es superior que en otros lugares del país. En mujeres crece un 2,48% y en hombres un 2,77%. Además, el porcentaje de fallecidos por esta enfermedad en las localidades analizadas es del 30% mientras que en el resto del país está apenas por debajo del 20%.

Los campamentos se realizaron en las localidades santafesinas de Acebal, Arteaga, Chabás, Luis Palacios, San Genaro, Sastre, Timbúes y Villa Eloísa. En estos lugares se conoció que la población femenina tiene un 66% más de probabilidades de sufrir algún tipo de cáncer en comparación con el resto de Argentina. 

El informe asegura que algunos tipos de cáncer se han relacionado con pesticidas específicos, por ejemplo, el linfoma no Hodgkin se vincula con el glifosato, o el cáncer de pulmón con el denominado 2-4-D. Sin embargo, “es difícil explicar la presencia de tipos de cáncer específicos en las ocho localidades debido a la amplia gama de ingredientes activos de agroquímicos utilizados cerca”, indicaron 

¿Por qué se dan estas cifras? Los investigadores concluyeron que uno de los problemas es que en Argentina se usan pesticidas que en otros países se colocan bajo la categoría “altamente peligrosos”. En nuestro país y en otros de bajos ingresos el 45% de los productos que se utilizan en el resto del mundo se los pone bajo esa categoría que restringe su uso. Además se usan más hectáreas para la actividad agrícola que en otras partes del globo. 

La investigación concluye que “vivir en pequeños pueblos rurales afectados por aplicaciones agroquímicos tiene un impacto negativo en la salud” y asegura que “estos resultados contribuyen a la necesidad de políticas de reducción de pesticidas, especialmente en el entorno de pequeñas poblaciones urbanas”.

Pesticidas sin control

La Auditoría general de la Nación realizó en total cinco informes en los últimos 12 años con respecto al uso de agroquímicos. El primero sobre un Plan del Ministerio de Salud y los cuatro restantes al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). 

Los hallazgos fueron diversos, desde la no adhesión al “Plan Nacional de Gestión de Plaguicidas de Uso Sanitario” por la cual no se trataron desechos peligrosos, hasta la falta de controles en la comercialización de plaguicidas cuya utilización está prohibida por ley.