El sistema de votación, que garantiza la presencia de toda la oferta electoral en una única boleta, se estrenará en las elecciones legislativas del 2025 a nivel nacional, con la promesa de ser un avance en términos de transparencia y fortalecimiento democrático. 

A través del boletín oficial, el gobierno reglamentó la ley 27.781 que establece el uso de la Boleta Única Papel como sistema para los procesos electorales a nivel nacional. La iniciativa fue aprobada por el Congreso que modifico diversos artículos del Código electoral, contemplando aspectos clave como el registro y oficialización de candidatos, el diseño y contenido de la Boleta Única. 

Se trata de un cambio significativo del procedimiento de expresión de la voluntad electiva, dado que ya no vamos a encontrar la típica boleta partidaria en el cuarto oscuro, ahora la boleta va mostrar toda la oferta electoral para cargos nacionales, en una única planilla, que se dividirá en filas horizontales para cada categoría y cada uno de los cargos, y en columnas verticales para cada agrupación postulada. Los ciudadanos que se aproximen a votar lo harán como siempre, ingresando al cuarto oscuro, seleccionando solo una opción por cada categoría. 

Este sistema representa una modificación en el mecanismo de votación y constituye una transformación de diseño, mecánica y administración, puesto que la responsabilidad de su distribución recae sobre el Estado. Es decir, ya no será función de los partidos políticos la impresión de la boleta; sino de la autoridad electoral, lo que implicaría indefectiblemente, menor estructura, pues ya que no será necesario la reposición de boletas, considerando que el presidente de mesa entregara la “BUP” al elector.

No obstante, y más allá de la reducción de papel, y del mito disminución de estructura partidaria, la dinámica requerirá la misma organización de fiscales en cada mesa de votación, porque seguirán siendo necesarios para verificar la identidad de los electores, controlar que no se incorporen boletas apócrifas en la o las urnas y especial atención para el recuento de los votos.

Indudablemente la dinámica de votación cambiará por completo y, si bien algunas provincias como Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Salta, CABA en modalidad electrónica cuentan con experiencias locales, lo que sucederá en 2025 es una incógnita. Es que aún no se han definido los escenarios electorales, ya que ni los gobernadores, ni el jefe de gobierno de CABA, han precisado si la fecha de las elecciones locales será distinta a la nacional o la misma, y en este sentido, si se adhiere al régimen de simultaneidad o se realizarán en régimen de concurrencia de elecciones, que habilita el uso las boletas partidarias tradicionales.

De cualquier forma, la introducción de la Boleta Única como modalidad de votación para cargos nacionales, implica la necesidad de los gobiernos de aclarar escenarios posibles, ajustar los marcos legales, capacitar electoralmente a la ciudadanía, y realizar un seguimiento exhaustivo para cumplir con procesos eficientes, transparentes y verdaderamente legítimos.