Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Argentina cada individuo genera más de siete kilos de basura electrónica al año. Este informe ubica al país en la tercera posición regional, detrás de Brasil y México. En la Provincia de Buenos Aires, rige desde 2001 la Ley 14321 en materia de gestión sustentable de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEEs).

Este año varios municipios de la provincia de Buenos Aires sumaron iniciativas para hacer frente a esta problemática, entre ellos Quilmes, Junín y Balcarce. Pero una mención aparte merece la iniciativa E-Basura, de La Plata, que nació en 2009 como un Proyecto de Extensión Universitaria de la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Se le quiso dar una solución a un problema social, contribuyendo al cuidado del medio ambiente y a la formación de estudiantes y docentes de la universidad pública. Asimismo, colaboramos con la sociedad para disminuir la brecha digital, expresó Viviana Ambrosi, directora del programa, en comunicación con este medio.

E-Basura está formado por un grupo de docentes y alumnos de la Facultad y del Laboratorio de Investigación en Nuevas Tecnologías Informáticas (LINTI) preocupados por la problemática. Funciona en un predio cedido por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires en 2012. Actualmente volvimos a firmar un convenio de cooperación con la nueva gestión provincial que nos ayuda con mucha de las tareas que hacemos, sobre todo las vinculadas con recibir equipamiento, reacondicionar y posteriormente distribuir los equipos a diferentes entidades sin fines de lucro o con actividades sociales, detalló Ambrosi.

El programa funciona recibiendo equipos electrónicos en desuso de diferentes donantes, desde empresas hasta particulares o entidades estatales. Una vez en el taller, los equipos son reacondicionados y luego se donan a distintas instituciones tanto provinciales como de otras regiones. Además, cuenta con una escuela de oficios, de armado y reparación de PC donde participan alumnos de la Universidad Nacional de la Plata y estudiantes de zonas aledañas.

Desde que el programa comenzó hace 8 años la situación en la ciudad de las diagonales cambió. Para Ambrosi, si bien todavía hay un desconocimiento, la gente ya está más familiarizada con la problemática, gracias a esta iniciativa. En promedio, el programa puede recibir entre 1 o 2 toneladas de equipos mensuales y desde que comenzó fueron 180 mil los beneficiados con las donaciones, que tuvieron acceso a la tecnología, expresó la directora.

E- Basura creció y ahora pasamos de ser un centro de reacondicionamiento de computadoras a una planta piloto experimental de residuos electrónicos a través de un convenio que se acaba de firmar con la Unión Internacional de Telecomunicaciones que depende de la ONU. A partir de 2018 vamos a empezar a trabajar en otras líneas que no tienen que ver con reacondicionar un equipo para donarlo a una institución, sino poder dar una solución más integral en un modelo de economía circular donde hay otros elementos en esta corriente de residuos que pueden ser valorizados, puntualizó Ambrosi.