La actividad aeroportuaria del país está protagonizada por un concesionario “reticente” a corregir errores y un ente de control que no ejerce su poder sancionatorio. Así se refiere un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN), por un lado, a la empresa Aeropuertos Argentina 2000, que explota las terminales aéreas desde 1999 y, por el otro, al Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA), dependiente de la Secretaría de Transporte -Ministerio de Planificación Federal-, encargado de realizar chequeos de seguridad ambiental.

Los auditores visitaron el Aeroparque Jorge Newbery de la Ciudad de Buenos Aires, donde se realiza el 35% del tráfico de pasajeros transportados, y el Aeropuerto Ministro Pistarini de Ezeiza, que concentra casi el 80% de los vuelos internacionales desde y hacia la Argentina.

En Aeroparque, la AGN señaló que “la mayoría de las observaciones que realizara el ORSNA al concesionario se reiteran desde los primeros relevamientos en casi todos los predios inspeccionados”, y enumera: “Contaminación por hidrocarburos y aceites; falta de orden y limpieza; falta de depósitos apropiados para el acopio de residuos peligrosos; falta de verificación de las condiciones de mantenimiento de los vehículos, a fin de evitar pérdidas y derrames de fluidos; falta de contención para los recipientes cuyo contenido puede contaminar el suelo natural o la red pluvial; volcamiento de aguas azules directamente a red cloacal, sin tratamiento y fuera de lugar”.

Además, la Auditoría “vio una avioneta en estado de abandono y galpones al costado de la pista cerrados hace años por orden judicial”, a raíz de quiebras o procesos concursales. El informe, aprobado este año sobre datos de 2008, explica al respecto que, “aunque esos galpones podrían contener residuos peligrosos, el hecho no se ha puesto en conocimiento del Juez o solicitado medida alguna”. Asimismo, se detectó que “la empresa Intercargo, generadora de residuos peligrosos, no tiene aún (al cierre del trabajo de campo) depósito para almacenarlos”.

En cuanto a la labor del ente que debe controlar la seguridad ambiental, los auditores afirman: “El ORSNA realiza inspecciones y pone en conocimiento de la concesionaria los hallazgos relevantes, que en algunos casos se mantienen por años, pero no le ha aplicado sanción alguna”, por las irregularidades.

Según la AGN, y al igual que lo ocurrido en Aeroparque, la empresa Aeropuertos Argentina 2000 ha sido “reticente a solucionar las deficiencias detectadas por el ORSNA” en Ezeiza y, al mismo tiempo, el ente “no ha ejercido su poder sancionatorio pese al reiterado incumplimiento”.


Las falencias que el ORSNA remarcó, pero no sancionó, son: “Efluentes turbios en la planta de tratamiento de residuos cloacales; basurales dentro y fuera del predio; almacenamiento inapropiado y riesgoso de residuos peligrosos; falta de inscripción (de empresas) en el registro nacional de generadores de residuos peligrosos; mal estado de los espejos de agua donde se producen los volcamientos”.

No obstante, la Auditoría de la Nación obtuvo “hallazgos no observados” en los informes previos del propio ORSNA. Por ejemplo, el “almacenamiento inapropiado de residuos peligrosos y falta de seguridad en los talleres de Aerolíneas Argentinas y (la empresa) Gate Gourmet; falta de medios de control de contaminación de suelo y subsuelo en los talleres de galvanoplastias (de las mismas firmas)”. Y, puntualmente en las instalaciones de Gate Gourmet, se constató “pérdidas en los tanques de contención y vertido directo sobre un piso de cemento” que, según el informe, no cumple las condiciones de “estanqueneidad”.