El informe aprobado este año por el ente estadounidense equivalente a nuestra Auditoría Nacional, explica que en los últimos diez años el poder ejecutivo norteamericano comenzó a trabajar con diferentes proyectos para mejorar el sistema de desechos tecnológicos dado que se calcula que, solo el gobierno descarta aproximadamente 10.000 computadoras por semana en todo Estados Unidos. Además, es el principal comprador de computadoras, monitores, televisores, celulares, entre otros. 

Las agencias gubernamentales cuentan con varias opciones para descartar el hardware, pueden donarlas a escuelas públicas, enviarlas a un centro especializado de reciclaje, intercambiarlas con otras agencias o venderlas a través de subastas públicas. Además, existe un programa de participación voluntaria que motiva a agencias gubernamentales a “comprar aparatos tecnológicos que no dañen el medio ambiente para lograr que el impacto sea el menor posible durante su uso y cuando se convierta en residuo no contamine”.

Si bien el Gobierno tienen la obligación de encontrar un método efectivo para deshacerse del hardware, una vez que la tecnología fue donada o vendida se dificulta el proceso de rastreo de los equipos para saber si al final de su vida útil fueron o no recicladas de forma correcta.

El informe sostiene que algunas empresas que adquirieron tecnología en subastas, al cabo de un tiempo deciden donarlas a países del tercer mundo, donde por falta de políticas de medio ambiente y reciclaje, los productos terminan contaminando el medio ambiente. Cabe señalar, que actualmente ni las empresas encargadas de las subastas ni las agencias gubernamentales están obligadas a determinar si el comprador siguió las “buenas prácticas” establecidas para el desecho de los residuos electrónicos.

Frente a esto, la GAO agrega que uno de los principales problemas a resolver es la contaminación porque, si bien un 99% de las agencias eligen métodos de desecho seguros, toda la tecnología contiene componentes que contaminan, tales como el plomo y el mercurio. Ambos elementos son peligrosos para el medio ambiente y para los trabajadores que manejan los desechos en estado de desintegración.

La Auditoría recomienda, entre otras cuestiones, que la Oficina del Consejo sobre Calidad Ambiental de la Casa Blanca (White House Council on Enviromental Quality), la Oficina de Presupuesto y Gestión (Office of management and budget), y la Administración de Servicios Generales (General Services Administration) comiencen a indagar acerca de nuevas iniciativas para el rastreo de todo lo electrónico para asegurar el manejo apropiado de lo donado o vendido en subastas. Finalmente, todas las agencias se mostraron conformes con los contenidos del informe y aseguraron que esperan nuevas propuestas para el rastreo de toda la tecnología utilizada por el gobierno.