La Auditoría General de la Nación (AGN) calificó al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) como un ente importantísimo dentro de la Argentina entre otros motivos, por tener una financiación adecuada, por el alto nivel de cumplimiento de sus proyectos, por su capacidad de ajustarse a cada región del país, a los recursos financieros disponibles y por poseer un completo Plan Estratégico. Por todo ello, el organismo de control recomendó ajustar algunas tuercas para “mejorar la calidad de información y las metas para los próximos años”.

La AGN detectó en varios casos que el INTA “lleva adelante sus programas de manera extrapresupuestaria por lo que no se puede obtener un informe de gestión y una medición de los resultados exacta”. Esto se da principalmente en las actividades que el ente realiza junto con otras instituciones o fundaciones propias. Para los auditores “el Instituto debería reparar esta irregularidad para que se refleje de forma más efectiva toda su actividad y así demostrar la gestión que tan acabadamente tiene planificada y prevista en su Plan Estratégico”.

 Uno de los casos citados en el informe es el del programa PROHUERTA que se desarrolla de manera conjunta con el  Ministerio de Desarrollo Social (MDS) y que tiene como principal objetivo que “las familias que están bajo la línea de la pobreza tengan a acceso viandas frescas, promoviendo una alimentación más saludable, equilibrada y diversificada”. 

El Ministerio en cuestión “aporta los fondos para garantizar la operatoria, la compra de insumos, la contratación de personal y demás cuestiones”. Dicho dinero proviene del Tesoro Nacional. El INTA, por su parte, paga recursos humanos, movilidad vehicular e infraestructura propia, solo por nombrar algunos”. 

La Fundación ArgenINTA y la empresa INTEA S.A forman el "Grupo INTA". La primera “es la encargada de administrar los aportes económicos del MDS para este programa". Para determinar las metas los equipos técnicos de cada zona hacen un relevamiento de las necesidades de las familias y se analizan las demandas espontáneas que se realizan en las agencias del INTA o en los municipios". El objetivo se considera cumplido cuando el productor recibe las semillas. 

Sobre este proyecto, la AGN observó que "las metas físicas programadas y aprobadas no explican en forma directa y total el presupuesto del INTA”. Por ello, solo se puede hacer una estimación del cumplimiento y "los datos informales dicen que la efectividad de este programa es del 82%". 

Con INTEA, que es una empresa estatal, pasa algo similar. En primer lugar la AGN destacó que pese a que “de antemano se deben pautar los resultados a percibir luego de cada programa, los ingresos por canon y regalías de esta firma nunca ingresan al presupuesto Nacional del INTA”. Además, otro punto que destacaron los auditores es que los sueldos del personal científico que pertenece al INTA salen del presupuesto de ese ente. El hecho de que, como ya se mencionó, después de los trabajos no ingrese ningún beneficio al Instituto hace que se genere “una desigualdad entre el recurso y el gasto”.

Cooperadoras

Desde 2007 el INTA promueve la firma de convenios de ayuda recíproca con cooperadoras “con el fin de multiplicar y comercializar las semillas mejoradas”. La AGN manifestó en su informe, aprobado en junio de este año, que “los beneficios que logren las cooperadoras son tratados extrapresupuestariamente en la unidad regional del INTA con la que trabajen”. Esta situación no solo dificulta la medición de logros sino que también “incumple los principios presupuestarios de la Administración Pública”.

Por otra parte, el personal del Instituto de Tecnología Agropecuaria “tiene expresa prohibición de participar en la administración contable de las cooperadoras”. Sin embargo, cuando los auditores analizaron algunas obras de 2010 detectaron, por ejemplo, un caso en la provincia de Salta donde “la línea divisora entre las unidades del instituto y las de la cooperadora no pueden determinarse”. Puntualmente, fue en la Estación Experimental Agropecuaria donde “el personal de las distintas entidades actuaba de manera  integrada”.

En la piel del INTA

Otra de las observaciones más relevantes está relacionada con ArgenINTA (link a nuestra nota). Es que, según la AGN, “la fundación firmó convenios con empresas o instituciones cuando no le corresponde semejante responsabilidad”. Es el INTA el único que puede realizar ese tipo de operaciones.