El plan de energía renovable para pueblos rurales lleva 12 años tratando de lograr su objetivo
Se trata del programa que empezó a implementarse en 1999 para abastecer a los pueblos originarios de electricidad alternativa. Por la crisis del 2001, disminuyó el presupuesto y extendieron los plazos de terminación. Este año debían haber terminado todas las obras. La AGN aseguró que por la subejecución de fondos se pagó un 131% más de las comisiones de compromiso estimadas.
El programa destinado a proporcionar el suministro de energías renovables (eólica, solar y termo solar) debía finalizar en 2005, cumpliendo con el objetivo de mejorar la calidad de vida de distintos pueblos rurales. Por la crisis del 2001, el plazo de terminación se extendió de 2005 a 2011, pero la Auditoría General de la Nación (AGN) detectó que hasta 2009 se había ejecutado solo el 37% de las obras.
Se trata del Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales Dispersos (PERMER), cuyo antecedente es el Programa de Abastecimiento Eléctrico a la Población Rural Dispersa (PAEPRA), creado en 1995. El proyecto cuenta con financiamiento del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), del Global Environmetal Facility (GEF) – a partir de un contrato de préstamo firmado en 1999- y del aporte local. Luego del 2001, los U$S 120 millones estimados en un principio se redujeron a U$S 59 millones y las adecuaciones presupuestarias afectaron también la cantidad de viviendas en las que se instalaría el servicio y el aporte local, que se redujo, manteniéndose constante el aporte externo en U$S 40 millones.
El programa prevé la provisión de energía eléctrica a viviendas individuales y a instituciones públicas provinciales a través de sistemas solares, ello incluye la adquisición e instalación de paneles fotovoltaicos para calentar agua, cocinar y calefaccionar ambientes. Además de la adquisición e instalación de equipos con bajo consumo de energía.
Según el informe, aprobado este año, “el 80 % de los equipos distribuidos se concentra en las provincias de Jujuy, Chaco, Chubut y Salta”. Para realizar su trabajo, la Auditoría visitó siete comunidades de Jujuy, de las cuales en seis “el servicio eléctrico llega mediante un tendido de media tensión o a través de los paneles solares del PERMER”.
Sobre la instalación de equipos fotovoltaicos en los domicilios, la AGN indicó que “no se formalizó un procedimiento de asignación entre jurisdicciones” y que el PERMER no entregó “de manera completa” la documentación que fundamente el criterio y la razonabilidad de lo implementado. De hecho, el informe sostiene que la distribución e instalación de los equipos “no guarda relación con su demanda insatisfecha”, revelando que los beneficiarios potenciales en Entre Ríos representan 37.641 hogares y en Formosa, por ejemplo, 25.048 viviendas, sin embargo no recibieron equipos.
Por otra parte, el organismo de control aseguró que “la ejecución física y financiera del Proyecto no se ajusta a lo proyectado”. Además, el Proyecto “no cumplió con la calendarización” de sus tareas, es decir, no respetó los tiempos acordados, y por ello tuvo que pagar de más. La “subejecución” de los fondos hizo que se abonara “un exceso de comisiones de compromiso” que representa un 131% de lo estimado al inicio del Proyecto.
No hay difusión
La misma Unidad Coordinadora del Programa (UCP) debía llevar a cabo campañas sistemáticas de difusión sobre el proyecto, pero no lo hizo. La AGN, en su visita a Jujuy, pudo observar que “las personas entrevistadas no hicieron referencia a la existencia de publicidad masiva y falta de información sobre los equipos o reclamos”.
A esto se le suma, la falta de capacitación: “La (empresa) concesionaria entrega a cada titular, una guía para el buen uso del sistema solar individual, escrito en una carilla” donde se explica el cuidado de los paneles, la batería y el regulador, qué artefactos son los permitidos más algunas recomendaciones generales. Sin embargo, de acuerdo con las entrevistas con usuarios que efectuaron los auditores, no existieron instancias de capacitación formal, solamente las recomendaciones puntuales de algún técnico cuando se efectuaron reclamos.
Las carencias de difusión y capacitación en buenas prácticas incidieron en los resultados obtenidos por el uso de los equipos. Los auditores encontraron que aquellos usuarios que hacían un uso inadecuado reiteraban los reclamos, además de encontrarse restringidos en la utilización tanto para fines domésticos como productivos. Por ejemplo, los propios beneficiarios “restringen el uso de la radio por el sistema solar para no poner en riesgo la iluminación”.
Dadas las condiciones de aislamiento de las poblaciones beneficiarias, los responsables en Jujuy manifestaron que el crecimiento del proyecto depende en gran medida del “efecto demostración” de los expertos.
No se evaluaron las condiciones de implementación
Otra de las cuestiones de mayor relevancia expresada en el informe, es que de las 14 provincias involucradas, hubo nueve en las que “no se realizaron estudios de factibilidad para evaluar las condiciones de implementación” y “solo en cuatro casos se efectuaron antes del inicio de las tareas de instalación” de los aparatos. No obstante, estos estudios rigen para cada provincia participante. De esta tarea debía encargarse la Unidad Coordinadora del Proyecto.