La Oficina de Auditoría de Letonia (SAO) evaluó la labor de la Inspección Estatal, que controla la Protección del Patrimonio, y encontró que las políticas de Estado “no definen la protección de los monumentos culturales” lo que lleva a pensar en la posibilidad de que los valores históricos nacionales se “pierdan en el tiempo”. 

Con el objetivo de preservar la herencia cultural, el Programa de Restauración recibe fondos de la Inspección para ayudar a los propietarios de los patrimonios culturales. 

De 2013 a 2015, se asignaron 2.268.807 euros al Programa. Sin embargo, la falta de medidas por parte del Ministerio de Cultura –que supervisa el trabajo de la Inspección- dio lugar a que 610.619 euros, es decir, el 27% de del dinero, “sean utilizados por la propia Inspección para garantizar sus actividades operacionales” en lugar de que sean invertidos en la restauración de los monumentos. 

A esta situación se suma que el organismo que controla el patrimonio cultural se había comprometido a “examinar todos los monumentos cada dos años”, pero “no cumplió con esa promesa”. Tampoco delegó funciones a los gobiernos locales en relación a las áreas históricas de importancia local. 

Cabe señalar que los monumentos culturales reciben una cantidad significativa de fondos provenientes tanto de la Unión Europea (UE) como del Espacio Económico Europeo (EEE) para que sean preservados.

Tanto es así que de 2007 a 2013 el monto asignado fue de 37,1 millones de euros, de los cuales la mayor parte fue destinada a la conservación y renovación de la cúpula de la Catedral de Riga, al Museo de Literatura y Música y al Museo Nacional de Arte. Los 11,5 millones restantes se utilizaron para otros 32 proyectos.

La Auditoría letona identificó que si bien la Inspección desarrolló “regulaciones estrictas sobre la preservación” de monumentos, descubrió “excepciones sin razones sólidas”. 

Además, “no se proporcionó información” al Servicio de Tierras del Estado sobre la situación cultural e histórica “de al menos 505 edificios”. 

Por último, la SAO aportó 21 recomendaciones al Ministerio de Cultura y a la Inspección para “mejorar la situación” y “desarrollar una estrategia” para determinar medidas específicas que evalúen los resultados.