El ente encargado de emitir licencias para quienes realizan cualquier función aeronáutica en el país guarda legajos de pilotos con algunas “omisiones”, como la falta de certificados de idoneidad, horas de vuelo, cursos teóricos y aptitud psicofisiológica.

Se trata de la Administración Nacional de la Aviación Civil (ANAC), cuya labor fue analizada por la Auditoría General de la Nación (AGN) en una investigación aprobada este año sobre datos del período enero 2012-diciembre 2013.

También sobre los pilotos, el informe remarca que hay un “retraso en el proceso de digitalización del registro de horas de vuelo”. No es un dato menor: el llamado Libro de Vuelo es justamente una suerte de constancia de entrenamiento aeronáutico en el que deben figurar datos que son de cumplimiento reglamentario.

Por otra parte, la Auditoría observó que “la cartografía aeronáutica de vuelo visual se encuentra desactualizada, y existe retraso del registro sobre los sistemas de comunicación y estadística”.

Igualmente, si algún pasajero o lector se preocupa por estos datos, es necesario aclarar que no hay mucho por hacer. Es que en el trabajo de la AGN se verificó la “inexistencia de un procedimiento para la recepción y tramitación de quejas o recomendaciones de usuarios, y ausencia de un sistema de registro que permita el seguimiento”.

Es más, “los reclamos efectuados por vía telefónica no se detallan en ningún registro”, dicen los técnicos y completan que, para el caso de las quejas recibidas por correo electrónico, “sólo se ha establecido un registro informal”.

¿Sabías que los legajos de los pilotos no están completos?

Controles, talleres y pistas

Otra de las atribuciones de la ANAC es regular y habilitar tanto el tránsito aéreo como los aeródromos del país (para más detalles, click en Descargue el Informe).

Por eso, el organismo hace (o debería hacer) controles tanto de rutina como aleatorios.

En ese sentido, la Auditoría cuenta que “el sistema de registro y seguimiento de inspecciones de rutina, a mayo de 2014, se encuentra fuera de servicio, lo que imposibilita la estadística y registración”.

Y, con respecto a las fiscalizaciones sorpresivas, “se constataron inconvenientes, ya que en algunas dependencias se les ha vedado el ingreso a los inspectores de ANAC”, completó el informe.

Por otra parte, la Auditoría visitó talleres que también habían sido habilitados por el organismo en cuestión, y allí se encontraron algunas irregularidades, como por ejemplo un mecánico de Austral que trabajaba “sin el certificado psicofísico vigente ni la habilitación correspondiente”.

Asimismo, en un taller de la empresa Just Fligh, los investigadores encontraron “un inspector que no posee entrenamiento en la aeronave C-560, ni una evaluación de desempeño”. Y en un hangar de Sol Líneas Aéreas había dos mecánicos sin sus matrículas al día, otros dos que ni siquiera estaban inscriptos en la ANAC y un quinto que se desempeñaba en una categoría distinta a la que su permiso lo habilitaba.

Por si faltaba algo, la AGN afirmó que “la ANAC no ha efectuado auditorias integrales en el área Control de Tránsito Aéreo durante el periodo analizado”, y también “se constató la ausencia de un plan anual de inspecciones de gestión de pavimentos (diseño, construcción y mantenimiento en todo aeródromo o helipuerto), en aeropuertos no concesionados, así como falta de personal especializado en la materia (cartógrafo, agrimensores etc.)”.