La Auditoría de Finlandia (VTV) elaboró en 2013 un informe sobre la educación para los niños con discapacidad. El organismo de control centró su trabajo en dos objetivos: por un lado, analizó las necesidades de la enseñanza básica para examinar las modalidades y su impacto; y por otro, evaluó si se llegó a cumplir con la educación según la edad y las capacidades del alumno a fin de promover el crecimiento y desarrollo saludable.

La VTV estudió el impacto de la enseñanza especial mediante el “progreso de los alumnos en la escuela secundaria, las cualificaciones y la situación laboral cuatro años después de completar la educación básica”. Sin embargo, estos datos no están en condiciones de evaluar la “calidad” del apoyo prestado a los estudiantes porque se obtuvieron a través de “entrevistas en solo diez municipios”.

A esta situación se le suma que la educación para niños con discapacidad “no es igual en el país, ni para todos los grupos de edad”, sino que el apoyo prestado estos alumnos “varía” de un municipio a otro. 

El informe sostiene que en los municipios en donde las clases socioeconómicas son más bajas, la necesidad de apoyo es cada vez mayor. Por lo tanto, la Auditoría considera necesario establecer un “criterio de cálculo de las transferencias del gobierno para la educación, teniendo en cuenta las necesidades locales para reducir las diferencias entre regiones”. 

La cantidad de estudiantes con discapacidad aumentó notablemente durante el período 2000-2010, asegura el organismo. De hecho, el porcentaje ascendió al 60% entre esos diez años. 

Junto con el creciente número de alumnos, la Auditoría observó que también se incrementaron los planes de estudios “individualizados”. Frente a este escenario, la VTV afirma que esta tendencia da lugar a la “preocupación”. Es porque si una persona estudió con un programa específico –sin adaptarse a la educación general-, tendrá “capacidades más pobres”. 

Otra de las irregularidades detectadas fue un “claro descenso en la integración de los alumnos con discapacidades en la educación general de la escuela superior completa”. 

Los recursos asignados a la enseñanza para niños con discapacidad también aumentaron. En 2010, la proporción de profesores especializados fue del “14% del total de los maestros en la educación básica”. 

Este escenario incide directamente en la economía del gobierno. Es que cuando hay una educación exitosa para aquellos con discapacidad, el desarrollo, aprendizaje y la integración de los alumnos en la sociedad reduce el “riesgo de exclusión”. 

Sin embargo, la VTV asegura que los recursos destinados son “difíciles de evaluar de forma fiable” porque las estadísticas sobre la educación son “incompletas”.