Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) señala que por lo menos en cuatro maternidades públicas porteñas existen falencias que van desde la falta de quirófanos y salas de atención, hasta la precariedad en las instalaciones y la antigüedad de las camas, pasando por la inexistencia de salidas de emergencia e incluso de herramientas para luchar contra incendios.

Se trata de un relevamiento que el organismo de control aprobó a fines del año pasado, sobre datos de 2012, recogidos en los departamentos materno-infantil de los hospitales Penna, Argerich, Piñero y Santojanni, y que analizó varios aspectos, como el estado edilicio de esos centros y la dotación de personal.

En principio, la AGCBA destaca un hallazgo que, de entrada, podría no tener relevancia: “Se evidenció que la información estadística (elaborada en estos hospitales) no compone un instrumento confiable para la implementación de políticas de salud y para el manejo eficiente de los recursos”, y añade que “partiendo de lectura de las cifras informadas se llegarían a ejecutar medidas erradas”.

Sin embargo, la observación toma magnitud cuando el organismo sostiene que “las salas de partos de los hospitales Penna y Santojanni son insuficientes” para la cantidad de alumbramientos anuales; más aun, si se advierte que ambos centros, junto al Piñero, “no disponen de un quirófano cada mil quinientos partos”, que, de hecho, en este último hay un solo espacio para operaciones, y que ninguno de los nosocomios analizados “cuenta con la cantidad suficiente de detectores electrónicos de latidos fetales en relación al número de consultorios obstétricos”.

Siguiendo con el tema edilicio, la Auditoría enumera: “En el Piñero, la sala de partos no dispone de un área especial para el lavado y preparación del instrumental”, y tampoco hay espacios de los conocidos como de recuperación o posparto inmediato, una falencia que también se repite en los hospitales Penna y Argerich.

“En ninguna de las salas de internación de los cuatro hospitales se respeta el espacio mínimo entre cada cama/cuna, ni existen elementos de separación -fijos o móviles- para respetar la privacidad de las pacientes”, resume el informe, y agrega que, en ese sentido, hay una ley y un estándar que son incumplidos con todo éxito: por un lado, los técnicos dicen que “las condiciones edilicias de los centros obstétricos imposibilitan el cumplimiento de la Ley 1040/03 (que establece el derecho de la mujer a estar acompañada en el momento del parto y la internación)” y, por el otro, tampoco logran alcanzar el promedio convenido de los 9 metros cuadrados considerados como necesarios para alojar al recién nacido junto a la cama de su madre y, al mismo tiempo, permitir las funciones médicas y de enfermería.

De vuelta en el Piñero, la AGCBA se preguntó qué pasaría si la llegada al mundo de un bebé ocurriera con algún problema, y se respondió que “el sector de reanimación del recién nacido y la internación neonatal no están en la misma planta, lo que dificulta el traslado de un recién nacido con complicaciones”.

La cosa no queda ahí; dice el informe: “En ninguno de los Hospitales objeto, la sala de partos, el sector de atención del recién nacido y la internación neonatal tienen comunicación directa”.

Además, tanto el Penna como el Piñero no tienen una sala para la observación y el aislamiento de los casos que puedan ser sospechosos de infección. Y en el espacio de internación del Santojanni “los pisos de goma se encuentran despegados en varios sectores, se observaron humedades en las paredes, el cielorraso del pasillo central es de chapas de aluminio desmontable y con poca iluminación”.

En cuanto al equipamiento de las maternidades, la investigación afirma que una característica que comparten los cuatro hospitales es que “en el sector de internación, el mobiliario se encuentra en malas condiciones, hay camas muy antiguas -de más de 20 años-, con las patas metálicas carcomidas por el óxido”, las que, por si faltaba algo, “no permiten a la paciente variar de posición en el parto”.

Otra cuestión que llamó la atención de los auditores fue que, tras la recorrida por el Hospital Penna, advirtieron que “no dispone de un stock de medicamentos completos que cubra la dosificación por 24 horas de atención de las patologías”.

De seguridad y aires acondicionados

“En los hospitales Argerich, Piñero y Penna, las salidas de emergencia no existen o se encuentran clausuradas”, alertó la AGCBA, y agregó que tanto este último centro, como el Santojanni tienen planos de evacuación que “no están aprobados por Defensa Civil”, y concluye: “Lo expuesto evidencia condiciones de seguridad del pabellón deficientes, que imposibilitarían la necesidad de realizar una evacuación”.

Asimismo, hay tres zonas del Piñero que “no disponen del equipo antincendios reglamentario”, y el Santojanni directamente no tiene las herramientas adecuadas para extinguir incendios eléctricos.

Con respecto a los aires acondicionados, los investigadores notaron que el equipo del Argerich “no posee regulación de temperatura y el desagüe genera filtraciones en los cielorrasos”; el del Piñero “no es adecuado para un área quirúrgica”, y que, tanto en ese nosocomio como en el Penna, no pudieron instalar los aparatos que se compraron “debido a la sobrecarga eléctrica que generaría sobre el sistema”.

Concursos y vacantes

Por otra parte, aquella observación inicial de la Auditoría porteña, sobre la elaboración e interpretación de las estadísticas por parte de los centros de salud, vuelve a cobrar peso al advertir las “inexactitudes” que se registran en los servicios de neonatología, que “imposibilitan hacer cálculos certeros para planificar tanto recursos físicos como humanos”.  

En ese sentido, el informe narra que en el Hospital Penna hay “déficit de enfermería en todas las áreas, además de carencia de personal administrativo y de limpieza”. Ante ese panorama, el organismo aclaró que “existen cargos concursados pendientes de nombramiento y –valga la redundancia-, cargos vacantes no concursados”, lo mismo que el Piñero.

En el Argerich, por su parte, “existen cargos concursados pendientes de nombramiento en el área de Obstetricia, y déficit en el departamento de enfermería”, con el agravante que el centro de salud del barrio de La Boca había solicitado esa dotación mediante una nota fechada en el año 2012.

Y en el Hospital Santojanni “se observa falta de personal y nombramientos de Jefaturas vacantes en el área de Archivo y en la División de Estadísticas”, completó el organismo de control.