Un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN), afirma que la Comisión Nacional de Comunicaciones “no ejerce un control eficaz y adecuado sobre los servicios postales privados”, y que en el período 2004-2005, esos operativos de fiscalización “fueron poco significativos”, en relación a la frecuencia con la que deben ser realizados. En la primera mitad de ese lapso la CNC inspeccionó el 0,81% de las 246 empresas inscriptas en el registro nacional de prestadores, y en 2005 las firmas bajaron a 222 y los controles subieron al 1,35%.

Asimismo, la AGN comprobó que en los controles sólo se evaluó la calidad del servicio de carta simple, y que las irregularidades que se descubrieron no fueron sancionadas por la Comisión. El organismo “tampoco ejerció su poder conminatorio frente al alto grado de clandestinidad detectado en la prestación del servicio de encomiendas”, es decir, no se intimó a las empresas que trabajan por fuera de los registros nacionales.

Por otro lado, la CNC no propuso ni aprobó un reglamento interno que le permita funcionar como autoridad regulatoria de las comunicaciones, y no tiene normas específicas en relación al control de la calidad de los servicios, o sea, no sabe cómo debe cumplir su función. Además, la Auditoría destacó que las asociaciones de consumidores y usuarios no tienen participación dentro de la Comisión, como lo establece el artículo 42 de la Constitución Nacional, que no fue reglamentado.