Los talleres psiquiátricos logran resultados positivos en la inserción social
La AGCBA señaló que estos espacios de rehabilitación son “sumamente valiosos para los pacientes con trastornos severos” porque intentan prevenir internaciones y estimulan la integración comunitaria. Del total de asistentes en 2012, el 64% logró una inserción socio laboral. El personal que trabaja allí es estable por lo que tiene conocimiento en la temática. Todavía resta mejorar la cantidad de asistentes.
Los Talleres de Rehabilitación Psiquiátrica “resultan sumamente valiosos para pacientes con trastornos severos que necesitan integrarse socialmente”. Así calificó la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) a los espacios dependientes del Ministerio de Salud que funcionan como centros de asistencia ambulatorios.
El principal objetivo de estos lugares es el de “prevenir internaciones y estimular a la integración comunitaria”. Para eso, cuenta con una sede central, ubicada en Suarez 2215, y cuatro periféricas en los barrios de Barracas, Flores, Once y en el Hospital Moyano.
En los talleres trabajan 204 personas “de las cuales 35 son profesionales” y se presta atención de lunes a viernes de 7.30 a 12.30hs. durante dos años con posibilidad de ampliarlo a tres “según el criterio del equipo tratante”.
Uno de los puntos más importantes que señala el informe, aprobado en diciembre de 2014, es que los trabajos “van en línea con los nuevos paradigmas de salud mental porque ofrecen un abordaje interdisciplinario y un seguimiento continuo y personalizado”.
De hecho, “esto se refleja en el alto porcentaje de evolución de las historias clínicas analizadas”.
El trabajo de la Auditoría porteña destaca que “el personal, tanto el profesional como el que no lo es, pertenece a la planta permanente por lo que registra antigüedad en la institución y una amplia experiencia en la temática de salud mental”.
También se resalta que “pese a que cuenta con una estructura organizativa informal logra tener un funcionamiento estable, circuitos bien establecidos, modalidades de evaluación y registros adecuados”, elementos que programas de mayor envergadura y formalidad muchas veces no logran.
Entre las debilidades, el trabajo de la AGCBA expone “la necesidad de aumentar la cantidad de pacientes en los diferentes talleres”.
El taller de mantenimiento, por ejemplo, “tiene lugar capacidad para 51 personas, sin embargo allí trabajan 28”.
En el de Laboratorio, en el que se producen medicamentos para la red de atención a la tuberculosis, “no participa ningún paciente”.
En Brandsen 2665 “se realiza uno de herrería, carpintería y plomería que cuenta con cuatro pacientes pese a que podrían trabajar más de 12”.
En parte, el informe sostiene que “la falta de una subred de talleres impacta en forma negativa en el sistema de derivaciones y apoyo de los diferentes dispositivos ambulatorios con que cuenta la Ciudad”.
De todas formas, hay algunas iniciativas aisladas como la del taller de carpintería de la sede de Flores en el que “se está trabajando para lograr el ingreso de pacientes del barrio o zonas aledañas para lo que el personal profesional visita los hospitales y centros de salud más cercanos”.
Como ejemplo de logro de este mecanismo integrador entre los talleres y los hospitales, está también el caso que se presentó en el Congreso Mundial de Salud Mental en 2013: un joven con trastorno mental severo que fue derivado del Hospital Borda “tuvo un gran proceso de recuperación psicosocial a partir de las diferentes actividades de entrenamiento en oficios, especialmente en tejido donde se plasmó su avance desde lo humano hasta su espectro social con la comunidad”.
Los talleres en números
Durante 2012 en los talleres se atendieron a 265 personas. El 87% eran argentinos mientras que el 13% eran latinoamericanos, con la excepción de un iraquí.
Más del 75% de la población tiene entre 31 y 50 años y más del 80% es hombre.
El 70% tiene un lugar donde vivir y el 30% restante no. El 73% no cuenta con ningún tipo de ingresos ni pensión.
En cuanto a los diagnósticos, el 84% posee esquizofrenia y psicosis.
Los pacientes que usan la modalidad de asistencia psíquica ambulatoria representan el 68%, mientras que los internados el 32%. Estos últimos “no se encuentran en esa situación porque su salud mental así lo requiere sino que se debe a que son pacientes de alto grado de vulnerabilidad social”. De ellos, según la muestra que analizó de la AGCBA, 13 personas están en el Hospital Borda y 7 en el Moyano.
El número más importante es que el 64% de los pacientes que asistieron a los talleres logró una inserción socio laboral.