El Área de Violencia de Género y Proteción Familiar de la Policía Metropolitana tuvo sus orígenes en 2009 y comenzó su labor “con muy poca gente”. Fue creciendo con el correr de los años “paralelamente al crecimiento de las denuncias por violencia”. Sin embargo, para la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) “las tres Comisarías Comunales que existen no son suficientes para el abordaje de la problemática”.

El Departamento de Políticas de Género está a cargo de una Comisionada Mayor y se encuentra ubicado en Villa Luro. El trabajo se estructura en dos grandes divisiones: una operativa y la otra de “asistencia y sensibilización de las políticas de género”. 

La primera funciona en las Comisarías Comunales y trabaja en conjunto con las Fiscalías barriales, los Juzgados de Instrucción y los Correccionales. Allí “se realizan informes socio ambientales ya que cuentan con personal policial que también son asistentes sociales, abogados o psicólogos sociales”. 

La segunda estructura se dedica a “la concientización sobre la problemática a través de capacitaciones a la comunidad”. En muchas ocasiones trabaja en articulación con la Dirección General de la Mujer de la Ciudad. 

Una de las primeras actividades que realizó el Departamento fue “ocuparse de aquellos agentes de la fuerza con problemas de violencia de género”. Para 2010, según datos de la propia Metropolitana, ya se habían atendido 557 casos de la sociedad civil en general. A partir de allí la crecida fue exponencial con un pico en 2013 de 6257 casos, disminuyendo en 2014 a 4110.

Las denuncias no se hacen en la sede de Villa Luro sino en las Áreas de Protección Familiar. En 2011 se creó la primera en la Comuna 12, al año siguiente se inauguró otra Comisaría en la Comuna 4 y en 2013 se produjo el desembarco de la sección Protección Familiar en la 15.

Además de la insuficiencia de las tres dependencias para el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, la AGCBA detectó otras debilidades en el funcionamiento. El personal, por ejemplo, “tampoco alcanza para abordar un tema tan complejo y en crecimiento como el que es auditado”. A ello se le suma que “hay casos transcendentes en los que se superponen competencias y funciones con la Policía Federal Argentina”.

El organismo de control también destacó como falencia que “no tienen presupuesto financiero propio ni metas físicas”. De hecho, “ni siquiera cuenta con una caja chica”. Por eso, en casos de urgencia “es la Directora General la que hace la compra con su dinero y luego pide el reintegro con la factura”.

En el ámbito nacional existe una Ley de Violencia “pero no prevé en su circuito la existencia de las comisarías creadas por la Policía Metropolitana”. En consecuencia, “a veces se superponen en sus funciones con la Oficina de Violencia Doméstica” que depende de la Corte Suprema de la Nación.

De todas formas, el organismo de control destaca el crecimiento del Departamento. Por un lado, señala que “la vocación y la capacitación que lleva adelante es acorde a la problemática a abordar”. 

Los agentes que ingresan a la Policía Metropolitana “reciben formación sobre violencia de género”. Del total de la fuerza, quienes estén interesados en formar parte del Departamento de Políticas de Género “tiene que hacer manifiesto su deseo y, luego de ser entrevistado y quedar seleccionado, es capacitado en mayor profundidad”.

Sobre la instrucción se agrega que “a fines de 2014 se comenzó a registrar de manera sistematizada para la certificación de normas ISO 9001” . En ese año también se dictó el Protocolo del Área de Políticas de Género para que “ordene de manera interna los circuitos y acciones a seguir dependiendo del cargo o función dentro de la estructura”. 

Desde sus orígenes hasta el 2013, que es el año auditado por la AGCBA, también se avanzó en, por ejemplo, “la cantidad de personal y de móviles que están a disposición”. 

La mudanza del área al edificio desde donde funciona el Ministerio de Justicia y Seguridad a una nueva dependencia “le permitió contar con un lugar físico más acorde a las tareas que presta”.

Por último, siempre es importante recordar, que el Departamento de Políticas de Género de la Metropolitana “cuenta con una guardia las 24 horas” y que, ante una situación de emergencia hay que llamar al 911 o al 103.