En el Hogar San Martín los abuelos están bien cuidados pero hay falencias que solucionar
En 2014 albergó y atendió a 240 adultos mayores. Sin embargo, la AGCBA detectó que había solo un psiquiatra que atendía en el turno mañana, el responsable de la farmacia era un radiólogo y el personal gerontológico era insuficiente y no estaba capacitado. La alimentación tenía más hidratos y menos proteínas de los planeados. La seguridad fue otro de los puntos débiles.
Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) destaca que “la mayor fortaleza” del Hogar San Martín “es la labor que realiza el personal” generando que “los residentes se sientan cuidados, atendidos y contenidos”, a pesar de “la carencia de recursos” que “deben ser corregida” por las autoridades competentes.
El Hogar San Martín se encuentra dentro del Programa Hogar de Residencia Permanente para Adultos Mayores que cuenta con cuatro centros más como el Martín Rodríguez o el Raimondi y brinda asistencia a los abuelos que “por su condición social o psicofísica requieran de institucionalización”.
Además de alojamiento, el centro ofrece alimentación, atención médica, odontología, kinesiología y psicología, entre otros servicios. Cuenta con 187 trabajadores de los cuales “135 son planta permanente”. Hasta 2014, que es el año que evaluó la AGCBA, los había 240 residentes.
Uno de los puntos más débiles detectados está relacionado con la alimentación. “En el 80% de los regímenes los gramos servidos son menores a los planificados”, dice el informe. Específicamente, “en las carnes rojas y blancas, que son fuente de proteínas y hierro”. Por el contrario, se advierte “un mayor porcentaje del proyectado en las raciones de papilla”, que aporta hidratos de carbono pero contiene poca proteína de origen animal, fundamental para una dieta saludable.
Los auditores explican que la falta de un especialista en nutrición en el turno tarde, por ejemplo, “dificulta el monitoreo, seguimiento y control de las indicaciones realizadas que el concesionario debe cumplir”. De hecho, tal como se observa en el siguiente cuadro, la dotación de profesionales dista mucho de lo ideal:
Siguiendo con la falta de personal, el informe alerta sobre “la insuficiente cantidad de asistentes gerontológicos” ya que, “cada una de las seis salas cuenta con uno, dos o como máximotres cuidadores, lo que vuelve difícil el reemplazo por ausencias o licencias legalmente reconocidas”.
Al cierre de la auditoría el hogar contaba con 46 asistentes gerontológicos. Según el Director del hogar, “la situación se aliviaría con la incorporación de cuatro personas”.
Sobre la capacitación de los cuidadores, la AGCBA señaló que de los 23 casos analizados “el 80% no realizó el curso de Asistente Gerontológico”. Otro 13% no lo hizo “porque no le correspondía ya que no cumple esa función” pese a estar así catalogado en la nómina de Recursos Humanos que el auditado le facilitó al organismo de control.
El personal para atender a los 78 pacientes con problemas de salud mental tampoco alcanza: “el Hogar San Martín tiene solo un psiquiatra de guardia en el turno mañana”.
En la Farmacia “no hay farmacéutico responsable del pedido, recepción y distribución de los medicamentos”. Las tareas son realizadas por un técnico radiólogo y “no existe un manual de procedimientos” del sector.
Por esta carencia de personal, por los problemas edilicios y los de alimentación, en mayo de 2014 los residentes realizaron una huelga de hambre en la que tuvo que intervenir la Defensoría del Pueblo de la Ciudad a través su Jefe de Tercera Edad.
La seguridad del Hogar también es un punto débil. Aquí tampoco alcanzanlos recursos humanos de seguridad que le designó la Subsecretaría de Seguridad Urbana. En promedio, hay solo 2 agentes custodiando, lo que vuelve “fácil el ingreso de personas ajenas al establecimiento y facilita el hurto de elementos de los abuelos y del centro”. El informe cita a modo de ejemplo el robo las griferías de una sala recientemente remodelada.