No es ésto lo que ha venido ocurriendo en los últimos tiempos. El Gobierno nacional ha transformado el dinero destinado a la publicidad oficial en un recurso para otorgar premios y castigos a los medios según sus preferencias políticas o intereses económicos. Con este dinero se subvenciona a medios afines, lo que puede constatarse en la distribución de la pauta publicitaria en el periodismo gráfico.

Por otra parte, según la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), el gasto en publicidad oficial aumentó en un 700% respecto del 2003; una suma de dinero que ronda los 400 millones de pesos.

También la Auditoría General de la Nación se expidió sobre el tema al señalar que no existen parámetros objetivos para la distribución de publicidad, ni controles adecuados respecto del gasto en este rubro.

De tal modo, no sólo se destinan recursos con fines ajenos a la función para la que están asignados sino que se desatiende el genuino y necesario objetivo de ofrecer una comunicación más fluida entre el Estado y la ciudadanía.

El Gobierno nacional, a través de una práctica abusiva, ha transformado el dinero destinado a la publicidad oficial en un recurso para otorgar premios y castigos.