Publicado: 23-02-2012 
  
Buenos Aires.- En una semana el organismo emitirá otro duro informe. La empresa se negó a entregar datos.

No hace falta ir demasiado lejos en la investigación para comenzar a entender qué pudo haber sucedido en el accidente (nombre que ya es difícil aplicar al evento) ocurrido ayer con la formación de Trenes de Buenos Aires en Once y que dejó el increíble saldo de 49 muertos y 676 heridos. La cifra asombra si se toma en cuenta que el tren transportaba unas mil personas, por lo que la incidencia del choque fue altísima.

Basta volver a revisar el informe que la Auditoría General de la Nación hizo sobre el funcionamiento de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte y de la Empresa Concesionaria Trenes de Buenos Aires en 2008 en cuanto a seguridad y mantenimiento de trenes y estaciones, y que se repetirá, casi sin diferencias, la semana próxima, cuando el colegio de auditores vote la nueva evaluación que se hizo sobre esa empresa. Ese informe de hace cuatro años fue lapidario en cuanto a la situación del mantenimiento, al punto que reconoce que en amplias áreas de la concesión no existe directamente un plan de mantenimiento, incluyendo en esto, según la AGN, los propios trenes.

Así, a pesar de la profusa cantidad de investigaciones y recopilación de datos que hizo la AGN, hay dos características que figuran tanto en el informe de 2008 como en el actual: la ausencia casi total de datos aportados por TBA sobre programas de mantenimiento (en esto es tanto sobre el material rodante como sobre las estaciones y pasos a nivel), como también de sanciones a la empresa por parte de la CNRT.El informe final que la AGN le envió en 2008 a Ricardo Jaime, aún secretario de Transporte, pareció haber sido condenado al freezer. La propia Auditoría resaltó luego que poco eco tuvieron las recomendaciones.

En el nuevo informe que está listo y aprobarán los auditores el 29 de este mes se repite entonces el mismo esquema que en 2008: «La empresa volvió a no darle ni pelota a la AGN», reconocía en privado ayer un auditor a este diario. Lo curioso es que esta vez quien respondió los requerimientos de los auditores para llevar adelante la investigación fue la Secretaría de Transporte, ante la ausencia de datos aportados por el concesionario.

Las críticas que se hicieron en el informe de la AGN de 2008 son lapidarias y no dejan lugar a dudas. Por ejemplo, sobre el material rodante un título del informe sentencia sobre la situación: «El concesionario no realiza, sobre el material rodante que utiliza para la prestación del servicio, el mantenimiento exigido por contrato».

Allí se resume, por ejemplo, que durante 2005 se realizaron 33 inspecciones a talleres de mantenimiento. De allí surge que no existen datos aportados por TBA sobre el mantenimiento y las reparaciones realizadas al punto que la Auditoría termina tomando como base el hecho que éstas no se hicieron. De allí que el informe remarque que no existirían reparaciones o que éstas fueron postergadas en el tiempo, al punto que en algunos rodados se exceden los 720.000 kilómetros recorridos sin que existan reparaciones o siquiera multas de la Secretaría de Transporte.

En el nuevo informe que elaboró la AGN y se conocerá en una semana, esta situación, reconocen los auditores, no cambió. En el caso de los coches remolcados, es decir, sin maquinaria, la situación es peor ya que existen algunos sin datos de reparaciones desde su incorporación, lo que a 2008 los hacía sumar 30.000.000 de kilómetros recorridos sin supervisión.

Una planilla anexa refleja la hipótesis de la AGN ante la falta de datos que no fueron provistos por TBA: en cualquiera de las categorías de trenes revisados no aparece la constancia legal de haber cumplido con una sola de las reparaciones acordadas en el contrato de concesión. Es lógico pensar que esto se debe a la falta de interés de TBA por colaborar con la AGN y que alguna reparación debe de haber existido. Pero lo que preocupa a la Auditoría y al Congreso es que en estos cuatro años esa situación no motivara una multa de la CNRT.