El último informe contable sobre los polémicos fondos de Santa Cruz está guardado como un secreto de Estado. Como hace anualmente desde 2003, el Ejecutivo provincial envió al Tribunal de Cuentas la rendición sobre cómo manejó y cuánto dinero queda de los recursos provenientes de regalías petroleras mal liquidadas que fueron girados al exterior por el entonces gobernador Néstor Kirchner, en 1993.

El tribunal, órgano encargado de fiscalizar las cuentas oficiales, está presidido por Angelina Abbona, ex fiscal de Estado santacruceña y mujer de máxima confianza del secretario de Legal y Técnica de la Nación, Carlos Zannini. Anteayer, el vocal representante de la minoría, el contador Rodrigo López, denunció un hecho atípico e irregular: el balance está cajoneado en la presidencia del cuerpo y no le permiten siquiera verlo. Un hecho más que sugestivo en plena campaña electoral, teniendo en cuenta que la administración de esos recursos siempre estuvo en el ojo de la tormenta y un debate sobre ese tema no beneficiaría al kirchnerismo a seis días de los comicios.

"Por motivos que desconozco, el informe fue recibido por la presidencia de este organismo (el 4 de mayo) y, al día de la fecha, continúa en esa dependencia. Vale mencionar que en años anteriores la mencionada rendición se remitió inmediatamente al vocal", sostiene López en una nota oficial, a la que tuvo acceso este diario, dirigida al titular de la Cámara de Diputados provincial, Luis Martínez Crespo. El despacho fue enviado al Legislativo ya que allí donde es remitido el dictamen que realiza el Tribunal de Cuentas para que los diputados lo aprueben.