Envió al Senado la designación masiva de funcionarios federales y nacionales. Hay magistrados denunciados o que estuvieron al borde de reprobar.

En medio del lanzamiento de la campaña electoral, cuando la agenda pública está concentrada en los candidatos de las próximas elecciones, Cristina Kirchner envió a la comisión de acuerdos del Senado los pliegos para cubrir sesenta vacantes de jueces, fiscales y defensores públicos de todo el país.

Entre los elegidos hay de todo: magistrados que ascienden a camaristas a pesar de estar denunciados en el Consejo de la Magistratura, postulantes que estaban últimos en las ternas y terminaron seleccionados, entre otras curiosidades. Ésta es la tanda más grande de jueces remitida por el Poder Ejecutivo al Senado desde que Cristina ocupa la Casa Rosada y se produce cuando la oposición y los jefes del peronismo vaticinan que el kirchnerismo perderá la mayoría en el Congreso después de los comicios.

"Lo que se observa es nuevamente la elección de candidatos que no tenían los mejores méritos o que en su momento habían fallado a favor del Gobierno", dijo a Crítica de la Argentina la diputada de la Coalición Cívica y ex miembro del Consejo de la Magistratura Marcela Rodríguez. "Muchos de ellos son postulantes que serían muy difíciles de sostener públicamente con una composición diferente de las dos cámaras".

Entre los sesenta nombres que envió Cristina al Senado, están los candidatos para el fuero Contencioso Administrativo Federal, donde analizan la legalidad de decretos y resoluciones del Poder Ejecutivo, un tema muy sensible para el Gobierno.

Para ocupar el cargo libre que había en el Juzgado Nº 2, la Presidenta eligió a Esteban Furnari, quien había quedado cuarto en orden de mérito en el concurso N° 178. En la actualidad, este magistrado ya ocupa ese juzgado como suplente en una designación muy conflictiva del 26 de abril de 2007. En esa ocasión, Furnari fue nombrado por el Consejo de la Magistratura -con los votos del kirchnerismo- pese a que no figuraba entre los candidatos propuestos por la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal para ocupar el cargo de subrogante. Desde ese puesto, Furnari falló a favor del Gobierno para determinar la intervención de Aerolíneas Argentinas. Ahora, cuando el Senado apruebe su pliego, tendrá su designación definitiva.

El proceso de selección de jueces es por concurso. Después de un examen y evaluación de antecedentes, el Consejo de la Magistratura envía ternas al Poder Ejecutivo, que elige un candidato y lo remite al Senado para su aprobación. Durante el kirchnerismo, este proceso tuvo un tránsito demasiado lento, que derivó en que el 20% del Poder Judicial esté acéfalo. Un juez sin cargo fijo, se entiende, puede ser mucho más flexible a las presiones externas.

En este contexto, el Gobierno envía a cuentagotas los pliegos al Senado. Apenas asumió, Cristina mandó 39 candidatos como confirmación de la promesa electoral de acelerar los trámites. El de la semana que pasó es el grupo más grande de magistrados postulados por la Presidenta. Según la oposición, después de diciembre, las razones de esta designación masiva están en que el kirchnerismo ya no tendrá la certeza de que todos sus candidatos pasen por el filtro del Congreso.

En Comodoro Py, donde tramitan las causas de corrupción de los funcionarios públicos nacionales, hay muchas vacantes. Cristina envió en este caso dos candidatos para cubrir el Tribunal Oral Federal en lo Criminal (TOF) N° 1 de Capital Federal, donde reciben las causas que se elevan a juicio desde los despachos de Comodoro Py. La Presidenta eligió al fiscal Oscar Amirante y al secretario letrado de la Corte, Adrián Federico Grunberg. Lo llamativo es que quedó fuera de juego Diego García Berro, juez en lo Penal Tributario que hacía tres años ocupaba una suplencia en ese mismo tribunal oral y había quedado primero en la terna que envió el Consejo de la Magistratura al Poder Ejecutivo. García Berro llevaba veinte puntos de diferencia a los elegidos por Cristina.

Otro caso llamativo se dio en la Cámara Comercial, el fuero donde se dirimen los litigios de las grandes corporaciones. Miguel Bargallo resultó uno de los elegidos para ocupar las vacantes. Este juez comercial salió quinto en el examen, pero logró subir hasta el puesto dos de la terna gracias a la evaluación que hizo de él la comisión de selección. Así se convirtió en uno de los candidatos de Cristina a pesar de que está denunciado en el Consejo de la Magistratura por el ex titular de la Inspección General de Justicia, Ricardo Nissen, porque en veinte días firmó dos fallos totalmente opuestos en un mismo caso. Bargallo, además, validó la polémica fusión Cablevisión-Multicanal en el momento en que el Gobierno mantenía una relación simbiótica con el grupo empresario.

También hay candidatos para la Cámara Federal de la Seguridad Social. En ese puesto fue elegida Victoria Pérez Tognola, jueza del fuero en primera instancia y esposa de Julio Vitobello, ex titular de la SIGEN, actual fiscal de la Oficina Anticorrupción y jugador titular de los partidos de fútbol que Néstor Kirchner organiza en Olivos.