Dos nuevos libros de Schávelzon
Publicado: 23-08-08
Si Tato Bores era el Actor Cómico de la Nación, Daniel Schávelzon es el Arqueólogo de Buenos Aires. Especialista en Arqueología Urbana, es investigador del Conicet y director del centro de la UBA que se ocupa del tema, un docente activo, autor de muchos libros y hombre de pala en mano en esta y varias otras ciudades.
Por coincidencia, acaban de editarse dos libros suyos de cierta manera idénticos donde Schávelzon se mete de cabeza en la problemática del patrimonio. Uno es académico, extenso, detallado. El otro es parte de una colección para el gran público sobre temas culturales y políticos. Ambos son polémicos porque hacen la larga lista de desastres, estupideces y descuidos que nos dejaron con tanto roto, demolido o desvirtuado.
Mejor Olvidar: La conservación del patrimonio cultural argentino es un tomo de 600 páginas que toma todo el país y fue editado conjuntamente por De los Cuatro Vientos y la Academia de Historia de la Ciudad de Buenos Aires. La obra funciona como una historia de nuestros tristes vaivenes sobre el patrimonio cultural, con énfasis en el edificado, y de hecho arranca con la Pirámide de Mayo, modesto primer monumento realmente argentino. Resulta que ya en 1826 querían demolerlo y cambiarlo por algo menos modesto y republicano, y Schávelzon diseca con precisión quirúrgica los argumentos pro y contra señalando la constante frivolidad local de no dejar en paz lo ya hecho, construyendo en todo caso un segundo monumento. Resulta fascinante seguir en detalle historias conocidas, como la saga del Cabildo porteño, y menos conocidas como los desmanes nacionalistas que cambiaron iglesias y más iglesias para hacerlas "más coloniales" de lo que parecían.
El laberinto del patrimonio cultural forma parte de la colección Educar al Soberano que dirige Daniel Muchnik y edita APOC, el gremio de los organismos de control.
Subtitulado "Cómo gestionarlo en una gran ciudad", este libro mucho más breve recorre el mismo territorio, cuenta desmanes indecibles sobre edificios de inmenso valor histórico y propone justamente explicar qué hacer para no repetirlos. De hecho, el libro cierra con una lista de ONG y entidades que se dedican al tema.
Schávelzon tiene un rigor ejemplar en lo que dice, por escrito y en persona, y un sentido del humor indispensable para no amargarse la vida con el tema. Estos libros son manifiestos razonados que informan al que ya tiene el corazón en el lugar correcto y servirán para convencer a los que falte convencer.