Publicado: 02-02-2010
 
La gestión estatal de la compañía prevé pérdidas por más de u$s1000 millones hasta 2014.

Expertos de la Auditoría General de la Nación (AGN) llegaron a la conclusión de que no pueden opinar sobre los estados contables de Aerolíneas Argentinas (AA), ni pueden determinar cómo se gastaron y cómo se imputarán los más de 931 millones de pesos que desembolsó el Estado nacional para mantener vigente la línea de bandera.

En la compañía, centran todas las culpas en el epílogo de gestión de Marsans. Sin embargo, desde julio de 2008, el Gobierno inició su desembarco, con el actual ministro de Justicia, Julio Alak, como gerente general y la colaboración de la Unidad de Auditoría Interna del Ministerio de Planificación Federal. Desde entonces, el descontrol conllevó varios flancos débiles. No existe información consolidada sobre cuántos juicios afronta la compañía. Se estima que rondan los 2300 pleitos, aunque sólo se cuantificaron 1365 por reclamos que rondan los 305 millones de pesos.

La AGN detectó confusiones similares en los inventarios valorizados de los repuestos, el de motores, el programa de Aerolíneas Plus, e incluso de billetes pendientes de utilización. Ante esta situación, el Estado comenzó a asistir a la compañía, hasta tal punto que entre mediados de julio y fines de diciembre últimos, aportó más de 931 millones de pesos, que expuso en el pasivo corriente, mientras que la transferencia total de fondos superó los 3140 millones. De los números presentados por el actual presidente, Mariano Recalde, ante la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones surge que el cuadro financiero de la compañía, no mejoró durante los primeros cinco meses y medio desde que el Estado asumió el control, a mediados de 2008. Por el contrario, continuó su caída, hasta tal punto que se calcula que en manos estatales, AA arrojará pérdidas por más de 1000 millones de dólares durante los próximos cuatro años y el rojo operativo continuaría hasta 2014.

A la luz de estos datos y de los hechos cuestionables sucedidos últimamente, como el agregar un vuelo a Montevideo el día del partido del seleccionado nacional de fútbol frente al de Uruguay, para que viajaran directivos de la compañía y dirigentes políticos y sindicales, los responsables de la empresa no deben olvidar que los fondos que administran no son propios, sino que provienen de los contribuyentes, a quienes se les debe una prolija y detallada rendición de cuentas.