El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, admitió por primera vez ayer que la tonelada de droga que los hermanos Juliá y Matías Miret llevaron a España puede haber salido directamente de la Argentina, algo que Clarín adelantó en su edición del miércoles.

"Nunca hay que descartar nada en esto, porque estamos hablando de mugre que le venden a los pibes", admitió Fernández, quien fue el funcionario que durante los últimos seis años estuvo a cargo de las fuerzas policiales que se encargan de la lucha antinarcotráfico.

En declaraciones radiales, el jefe de Gabinete fue muy enfático ante esa hipótesis, que podría tener consecuencias políticas en los organismos de control de las fronteras nacionales: "No hay que descartar que (la droga) haya salido de la Argentina o de Cabo Verde, no hay que descartar nada", insistió, y aclaró que la Argentina "sigue siendo un país de tránsito, según propia definición de Naciones Unidas, porque es un mercado chico y barato". Durante esta semana trascendió que la aduana había dicho en su momento que el Challenger 604 de los Juliá había salido vacío de Ezeiza. Los investigadores del caso están convencidos de lo contrario.

Fernández arriesgó que el vuelo de los Juliá puede haber sido lo que en la jerga se llama "una entrega controlada": "Estas cosas no suceden por casualidad, no es que un perro se paró al lado del avión y olfateó, seguramente agencias internacionales los venían siguiendo, y esperaban el momento oportuno para detenerlo".

El jefe de Gabinete le dedicó a los Juliá palabras muy duras. Dijo que "se ve que sus negocios son las dictaduras o el tráfico de drogas", haciendo alusión a que el padre de los Juliá, José, fue uno de los jefes de la Fuerza Aérea (FAA) de Carlos Menem, mientras que el padre de Matías Miret, José, fue secretario de Planeamiento de la FAA durante la dictadura.

Clarín había informado en su edición del miércoles que los investigadores del caso Juliá creían que la droga que llevaron a España fue subida a su jet en la Argentina. Ayer, se agregó que la Guardia Civil catalana enviaría al país documentación para empezar aquí una pesquisa que permita conocer cómo se preparó esta operación: los investigadores creen que la clave estaría en una empresa despachante de cargas conocida por sus contactos con el mundo de la política.