Publicado: 20-10-2013
 
Córdoba.- Ante la escasez de medicamentos y material básico, trabajadores y profesionales definieron una medida de protesta: que los pacientes consigan lo que necesiten.

La situación empeora día a día en el Hospital San Antonio de Padua. La escasez de insumos que este diario reveló el mes pasado se ha intensificado en las últimas semanas y obligó a integrantes de la Asociación de Profesionales, de la Unión de Trabajadores de la Salud, de las terapias y las guardias a comenzar con medidas de protesta, principalmente para que la gente se entere de la crisis que está viviendo el Hospital. Por eso, en las próximas horas comenzarán a pedirles a los pacientes que compren sus propios insumos en el caso de que en el centro de salud provincial no haya en ese momento.

"Lo que le vamos a decir a la población es que si necesita un medicamento u otro tipo de insumo y no hay en el Hospital, que vaya y lo compre porque la situación es muy delicada. De lo contrario, no vamos a poder atender a la gente. Hasta ahora, hacíamos malabarismos para conseguir de donde fuera lo que el paciente requería, pero creemos que no se puede sostener más", indicó una de las delegadas que participaron en la asamblea que se hizo en las últimas horas. 

Los trabajadores y jefes de áreas firmaron una nota para pedirle a Héctor Schiaroli, director del Hospital, una reunión urgente para tratar de encontrarle una solución a los faltantes constantes de remedios y material indispensable. En septiembre, este diario publicó una nota con siete profesionales que detallaron que faltan habitualmente antisépticos, antibióticos, analgésicos, además del material necesario para prácticas médicas. 

"Vamos a ver qué respuesta obtenemos de la conducción. Fundamentalmente, lo que nos preocupa son los problemas con los insumos. En las terapias y las guardias la escasez de material y medicamentos está siendo grave. Y no puede ser que tengamos que salir a comprar de apuro como si fuéramos a la verdulería a buscar dos tomates y un zapallito. Tiene que haber una solución de fondo y, por eso, le pedimos la reunión a Schiaroli", indicó una trabajadora del Hospital. En la semana que pasó no solamente en Río Cuarto hubo malestar por los insumos que no están;?además, hubo protestas, asambleas y paros en Córdoba capital precisamente por los inconvenientes profundos que sufren en la provisión de material básico para la prestación del servicio de salud.

Si el lunes no tienen una respuesta del director del Hospital, los profesionales y trabajadores de la salud volverán a reunirse para definir algún tipo de medida de fuerza.

A mediados de esta semana, el faltante de insumos provocó algunas situaciones más graves, como por ejemplo la suspensión de las cirugías programadas durante un día por la falta de anestesia. 

El mes pasado, cuando la Asociación de Profesionales y la UTS denunciaron la seria situación que padece el Nuevo Hospital, Schiaroli hizo declaraciones públicas y aseguró que solamente se trataba de situaciones puntuales que se iban solucionando rápidamente. Manifestó que los inconvenientes se circunscribían a apenas el 3 por ciento de los remedios que se utilizan en el Hospital.

Con respecto a la aparatología, Schiaroli también descartó que existan problemas de importancia. Los profesionales y trabajadores quieren plantearle cara a cara que la realidad que viven ellos es menos benévola. 

Los problemas se extienden a otros centros de salud

Durante la semana pasada, la Asociación de Trabajadores del Estado (Ate) realizó un paro en los hospitales provinciales ubicados en?Córdoba capital. Reclamaron una mejora salarial de los equipos de salud y mejores condiciones laborales. También plantearon que persiste la escasez de insumos y la rotura de aparatología.

Así, Ate continuó con una serie de protestas que se vienen realizando en las últimas tres semanas por las condiciones en los hospitales.

Contrato por las raciones

El Hospital de Río Cuarto quedó envuelto en una polémica por la contratación directa de raciones de comida por $ 37 millones que firmaron el gobernador José Manuel de la Sota y el ministro de Salud, Carlos Simon. El contrato tiene vigencia por 90 días y fue rechazado por la oposición en el Tribunal de Cuentas porque, a su juicio, no se siguieron los pasos legales.