Además de los tres casos que asombrosamente una fiscal penal decidió archivar, el Tribunal de Cuentas denunció otros varios más relacionados con anticipos que el Instituto de Vivienda pagó por obras que en realidad no se habían iniciado, pese a que se labraron actas truchas en las que se afirmaba que esos planes ya estaban en plena construcción.

Concretamente, NORTE tuvo acceso a los detalles de más planes habitacionales en los que se pagaron irregularmente adelantos que no estaban permitidos por los pliegos licitatorios de esas obras, y que tampoco se iniciaron en las fechas registradas por el IPDUV. Incluso, una de esas obras ni siquiera tenía un terreno definido para ser ejecutada.

Inicios de fantasía

Uno de los casos descubiertos por las auditorías del Tribunal de Cuentas fue el de una obra de diez viviendas en la localidad de Fortín Lavalle, en el extremo noroeste de la provincia. El contrato por algo más de un millón de pesos fue adjudicado a la empresa Atanasoff Construcciones, que percibió del IPDUV un anticipo de 58.800 pesos para ejecutarla. Según el acta de inicio labrada por representantes de Vivienda y de la compañía, los trabajos comenzaron el 22 de junio del año pasado. Pero los auditores del TdC se encontraron en mayo de este año con que nada se había levantado en ese lugar.

Algo parecido sucedió con otra obra adjudicada a la misma empresa en la misma localidad. Eran otras 25 viviendas por las que el Instituto pagó un anticipo de 147.000 pesos. Según el acta de inicio, el complejo había comenzado a construirse también el 22 de junio de 2007, pero en mayo de 2008 la obra seguía sin arrancar.

El caso restante fueron 10 viviendas adjudicadas a la empresa Edesycc en el paraje Las Hacheras. La compañía cobró un anticipo de 205.800 pesos por esa obra, que supuestamente había comenzado a hacerse en mayo de 2007. Pero un año después seguía sin iniciarse, según constató el Tribunal de Cuentas.

Pero probablemente la situación más insólita se haya dado con las 30 viviendas que la empresa Liger debía construir en Tres Isletas, que debían comenzaron en septiembre de 2006. Pero en junio de este año el TdC hizo un relevamiento en aquel municipio y se encontró con que "no hay terreno asignado para la obra en cuestión". Es decir, casi dos años después del supuesto inicio, para el nuevo barrio ni siquiera había un lugar físico en el cual levantarlo.

Como se recordará, los pagos de anticipos se realizaron en general sobre el final de la gestión de la Alianza y antes de la asunción del nuevo gobierno. El Tribunal de Cuentas detectó que se pagaron anticipos por obras que figuraban como iniciadas pero en realidad no habían comenzado. Recientemente, la fiscal Elsa Otero archivó tres casos de ese tipo, por entender que en el asunto no había delitos pasibles de ser investigados.