Las inspecciones y habilitaciones para el transporte público son "laxos", se hacen en los talleres más baratos habilitados por la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT) y "carecen de la exactitud para garantizar la habilitación de los vehículos".

Así lo reveló un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) publicado en un sitio de información creado por la Asociación del Personal de los Organismos de Control del Estado para hacer más accesibles y entendibles los informes de la AGN. 

El chequeo obligatorio de los coches está tercerizado en los Talleres de Revisión Técnica (TRT) habilitados por la CNRT, que tienen "características disímiles", "prestaciones muy heterogéneas", y a veces carecen del equipamiento necesario. Además, "la CNRT no tiene un criterio homogéneo para auditar y autorizar el funcionamiento de los TRT", afirma el estudio.