Aerolíneas Argentinas: sobre la falta de control del Estado
El grupo Marsans se hizo cargo de la línea de bandera que estaba en manos de la empresa Iberia mediante una operación realizada en España, por fuera de la fiscalización estatal. Un informe de la AGN afirma que por lo menos tres dependencias públicas no cumplieron con su tarea de examinar la transferencia del paquete accionario. Y el propio Tribunal de Cuentas español dijo que “las pérdidas” de Aerolíneas al momento del traspaso eran causa suficiente para su “disolución y liquidación según las leyes argentinas”.
Las irregularidades de una transacción que se hizo por fuera de los controles estatales constituyen una muestra del progresivo abandono de la intervención argentina en la administración de la línea de bandera, influencia que estaba asegurada en el decreto de privatización, el 1591/89, mediante el derecho a veto.
En 2006, el Tribunal de Cuentas de España publicó una cronología sobre la labor de la empresa Iberia al mando de Aerolíneas Argentinas S.A. (ARSA). El documento señala que el 20 de noviembre de 1990, Iberia adquirió el 30 % del capital de ARSA por US$ 20 millones. El Estado argentino, que en ese entonces tenía el 5 % de las acciones, aumentó su participación al 33 % en 1992, además de administrar el 10 % del paquete total perteneciente al Programa de Propiedad Participada (PPP).
El contexto era adverso. Según el organismo de control español, “la crisis del sector aéreo”, acompañada de una sucesión de balances negativos, provocó que Iberia planteara la necesidad de una “recapitalización de ARSA en, al menos, US$ 500 millones”. Pero el Gobierno argentino, con una economía en conflicto, se negó a ampliar la inversión.
Papeles: El decreto de privatización de Aerolíneas estaba regulado por el Código Aeronáutico. El inciso 4 del artículo 99 de ese Código estipulaba que “la mayoría de las acciones” debían ser “nominales y pertenecer en propiedad a argentinos con domicilio real en
La empresa deficitaria necesitaba divisas. Entonces el Gobierno, que no quería seguir financiando la línea aérea, firmó un acuerdo con Iberia en 1994 y permitió un incremento del capital social de ARSA en US$ 500 millones. En ese acuerdo la española se comprometió a aportar en un mes la totalidad del aumento de capital por sí misma, en la proporción que corresponda, y el resto a través de una o más sociedades locales que la propia Iberia debía designar. ¿Cómo? Para eso se necesitaba una herramienta que reformule “las restricciones impuestas en el Código Aeronáutico”, afirma
Con el decreto 52/94 vigente, “Iberia encargó a un despacho de abogados argentinos la constitución de INTERINVEST S.A., sociedad de nacionalidad argentina con un capital de US$ 12 mil”, explica el Tribunal de Cuentas de España. INTERINVEST sería “la sociedad instrumental a través de la cual Iberia adquiriría la participación mayoritaria en ARSA”. Esa inversión, que implicaba tomar la mayoría directa e indirecta del capital de otra empresa, fue “expresamente autorizada por el Consejo de Ministros” español, asevera el organismo de control de ese país.
Pero la promulgación del decreto no fue el único gesto del Estado argentino hacia Iberia. Además, el Gobierno se comprometió a eliminar el derecho a veto que hasta ese momento se había reservado en relación a determinadas decisiones de los órganos administrativos de ARSA que, así, pasaron a ser controlados por la empresa española. “Ese derecho –amplía
El decreto marco de la privatización, el 1591/89, decía que “dada la trascendencia de la actividad de Aerolíneas Argentinas, será requisito que la mayoría del capital social, que asegure el control y la dirección de la empresa, quede en manos del Estado y personas argentinas”.
Sin embargo, en los considerandos del decreto 52/94, el Ejecutivo argumentó que no era su intención “limitar ni restringir” las normas del Código Aeronáutico, porque eso “no resultaría coherente con la política de desregulación de los servicios públicos privatizados”.
El traspaso a Marsans: Aerolíneas Argentinas fue administrada por Iberia desde el 20 de noviembre de 1990 hasta el 31 de diciembre de 1999, cuando las “pérdidas” de la empresa “la hacían incurrir en causa de disolución y liquidación según las leyes argentinas”, aclara el Tribunal de Cuentas de España. Luego de una breve gestión de American Airlines,
El dato del traspaso surgió de una nota de
Para
El Estado nacional no supervisó la venta de las acciones de la empresa controlante de ARSA y, de hecho, se enteró de la operación por la propia Air Comet que, a través del expediente 064-016960/2001 presentado ante


