Privadas de seguridad
La preocupación del macrismo por la seguridad no parece alcanzar a las escuelas públicas porteñas: desde ayer, 139 establecimientos educativos se quedaron sin el personal que cumplía funciones de custodia durante las 24 horas del día, los siete días de la semana, que había sido contratado para evitar robos y actos de vandalismo. La decisión, adoptada por el Ministerio de Justicia y Seguridad, que conduce Guillermo Montenegro, afecta además a ocho centros del circuito de espacios culturales, dependientes del Ministerio de Cultura, entre los que se cuentan lugares como la Casona de los Olivera, donde funciona una sala para muestras temporarias.
La información fue confirmada a PáginaI12 por una fuente del Ministerio de Justicia y Seguridad. “Había seguridad privada en 220 edificios escolares y se decidió mantener el servicio en 80. En el resto se van a instalar sistemas de vigilancia electrónico”, aseguró la fuente.
–¿Por que no dar de baja el servicio una vez que estén instaladas las cámaras de seguridad? –preguntó este diario.
La consulta no tuvo respuesta. El fundamento de la decisión, según la fuente consultada, es que muchos de esos efectivos de vigilancia terminaban haciendo el trabajo de porteros. “Para eso, ponemos porteros”, afirmó. El objetivo de la decisión es una reducción de costos.
En el Ministerio de Educación confirmaron la medida pero deslindaron la responsabilidad en Justicia y Seguridad. Afirmaron que en algunos colegios no era bien vista la implementación de seguridad privada. El servicio de seguridad privada en escuelas públicas comenzó a implementarse alrededor de 2004, cuando se produjeron algunos actos de vandalismo y de robo en establecimientos educativos.
“Durante este año, el Ministerio de Educación preguntó a las directoras de escuelas si creían necesario el mantenimiento del servicio; la directora contestó que sí, pero de todas maneras lo sacaron”, dijo a este diario Susana Gómez, integrante de la Cooperadora de la Escuela 16 del distrito Escolar 8, ubicada en Almagro. Allí, a la noche funciona una escuela para adultos que ahora no tiene ni portero ni vigilancia.
Algo similar ocurrió en la Escuela Nº 9 del D.E. 10, ubicada a metros de las vías de Ferrocarril y de la estación Núñez. “Por la noche funciona un centro cultural y antes de que pusieran el servicio de vigilancia se habían producido faltantes de elementos, como sillas o bancos”, relata María Pinoaga, que integra la cooperadora de ese colegio.
En el Normal 4, ubicado en Caballito, cesaron ayer los tres miembros de la empresa de seguridad privada que prestaba servicios desde 2004: se trata de un establecimiento con niveles inicial, primario, secundario y superior. “El director, en su momento se opuso a la seguridad, pero el servicio cuenta con el apoyo de los padres”, relató Adriana Angel de Narducci, de la Cooperadora.
Las denuncias llegaron ayer a la Defensoría del Pueblo porteño, donde el adjunto Gustavo Lesbegueris pidió de inmediato un informe a los ministerios de Educación y de Seguridad y Justicia. “Recibimos seis denuncias en unas horas, de escuelas de todos los niveles: inicial, artística, media”.
En la Escuela de Arte Dramático, en Almagro, el personal inició un paro en reclamo de la reposición del servicio de seguridad. La institución depende del Ministerio de Cultura, como los ocho centros culturales a los que también se les canceló el servicio, entre ellos, los de Parque Chacabuco, Julián Centeya y Parque Avellaneda.