Publicado: 17-03-09

El secretario Ricardo Jaime se reunirá la próxima semana con el vicepresidente ejecutivo de Alstom. La intención es, por ahora, paralizar la polémica obra que uniría Córdoba-Rosario-Buenos Aires. No hay financiamiento.

Nació envuelto en la polémica y todo indica que, en unos días, quedará frenado por un tiempo. El Tren de Alta Velocidad -anunciado con bombos y platillos por la Nación- para unir Córdoba, Rosario y Buenos Aires podría postergarse por tiempo indefindo cuando falta muy poco para que se cumpla el plazo de definición del plan de financiamiento de los trabajos. Y ahí está el problema. Hay que recordar que la crisis financiera internacional golpeó directamente al francés Natixis, el banco elegido por el gobierno como agente financiero, que debió salir a capitalizarse.

La próxima semana el ministro Julio De Vido y el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, se reunirán con Phillipe Mellier, vicepresidente ejecutivo de la francesa Alstom. Buscarán negociar otra iniciativa a cambio de la postergación del megaproyecto. Le ofrecerían la adjudicación de la extensión del tranvía desde Retiro hasta La Boca, con un costo de 70 millones de pesos. La licitación para la provisión de quince vagones se anunció hace un año. El canje parece una obra, ya que para el tren bala el monto era de 4 mil millones de pesos.

Aunque el presupuesto nacional aprobado por el Congreso no incluye partidas especificadas para el tren, Jaime insistió hasta hace poco tiempo en que la plata para concretar los estudios de factibilidad de la iniciativa estaba. La realidad demuestra que los recursos son escasos y hay otras prioridades.

Era el grupo privado quien primero debía conseguir la plata y el Natixis fue el elegido para suscribir un bono que iba a emitir el gobierno argentino. El tsunami financiero internacional se llevó el plan, al menos por ahora, y sin generar problemas para la Argentina ya que el acuerdo firmado estipula que, ante un problema financiero ajeno a las partes, se puede postergar la obra sin perjuicio para nadie.

En noviembre último, De Vido se reunió con representantes del consorcio formado entre Alstom y la española Isolux Corsán y les pidió "paciencia" y tiempo para avanzar en definiciones. Ese plazo se cumplió y las empresas -que en su visita a Buenos Aires definieron la iniciativa como "emblemática" para ellas- quieren respuestas. Habían planteado, tal como lo publicó LA MAÑANA, que hasta este primer trimestre podrían mantener los costos pero no más allá.

La polémica iniciativa generó varias denuncias judiciales movilizadas por la oposición y por el abogado Ricardo Monner Sanz. Por una de este profesional, en octubre el fiscal Oscar Amirante emitió un dictamen para que el juez de la causa solicite a la Auditoría General de la Nación toda la documentación y los estudios técnicos en los que se fundamenta el proyecto.

Para reunir los recursos el gobierno apuntaba a un programa de 30 años. El respaldo es la emisión de deuda pública por unos 2 mil millones de dólares en varias etapas, la primera de 670 millones de dólares. Las condiciones cambiaron y no hay clima para colocar deuda ni a buscar financiamiento.