Una auditoría destroza a la Secretaría Antidrogas
La Secretaría antidrogas de la Presidencia volvió a recibir un golpe duro. La Auditoría General de la Nación produjo un informe en el que se enumeran y argumentan serias fallas en el cumplimiento de las funciones del organismo dedicado a la prevención del consumo de drogas en el país.
Según ese documento –al que tuvo acceso Crítica de la Argentina–, la Sedronar no cuenta con una planificación estratégica en las áreas más importantes, no tiene presupuesto ni personal para "controles esenciales" como el del desvío de precursores químicos para elaborar drogas ilegales, tiene "poca cobertura a nivel nacional de los programas de prevención" y ninguna para grupos importantes como niños y niñas en situación de calle y secundarios de quince a 17 años.
La Sedronar ha recibido críticas variadas durante el último año. Desde su rol preventivo hasta su lugar al frente del control de las sustancias con las que se preparan las drogas ilícitas, la Secretaría de Estado dirigida por el odontólogo amigo de los Kirchner, José Ramón Granero, está en la mira. Esta vez la AGN la auditó con expertos que relevaron información en todas las áreas. Si bien la preocupación del organismo es general, resalta en el informe el apartado dedicado a la "lucha contra el narcotráfico".
Allí se detallan "los principales obstáculos que se presentan en la ejecución del mecanismo interno para el control eficiente del desvío de químicos". En el detalle se señala la "inexistencia de un sistema que permita integrar, en una misma base de datos, las tareas del Registro Nacional de Precursores –Renpre–.
El alcance del control –dice la AGN– sobre los informes presentados por las empresas inscriptas resulta ineficiente" porque lo hacen sólo dos personas. Poco, si se tiene en cuenta que se trata de seis mil empresas como las que fueron investigadas por venderles químicos a los mexicanos que elaboran metanfetaminas, por ejemplo. El Grupo de Control de Desvíos, dedicado al trabajo operativo, está formado sólo por cuatro personas.
Una de las irregularidades señaladas es que no se detalla jamás cómo se gasta el presupuesto de casi 26 millones de pesos de la Sedronar. "Se dificulta conocer la magnitud del gasto que se realiza –dice el documento– en prevención, asistencia y lucha contra el narcotráfico." No sólo sobre dinero se ignora, sino sobre la materia fundamental de la Secretaría: es imposible "diseñar, ejecutar y supervisar" programas a nivel nacional porque no tienen base de datos con la información de provincias y municipios. Por el mismo motivo es imposible determinar los logros de la Sedronar.
Por otro lado, los programas existentes "tienen escaso nivel de cobertura nacional". Para muestra, un dato: a nivel educativo, sólo el 0,21% de la matrícula educativa tiene prevención de consumo de drogas. El informe también plantea la "insuficiencia de campañas en medios de comunicación" –una sola por año en 2005 y 2006–.
A esto se le suma la "falta de actualización" del registro de organizaciones y comunidades terapéuticas, tanto las ong como centros estatales. Por eso la Auditoría le pide a Granero que releve las demandas de tratamiento, los programas disponibles, los tratamientos hechos y la lista de espera de adictos que quieren recuperarse.
En un descargo hecho por la Sedronar en agosto del año pasado el organismo apunta que "se ha logrado establecer contactos con varias provincias y regiones del país, a fin de favorecer un conocimiento más detallado y pormenorizado de los distintos abordajes terapéuticos ofrecidos por los organismos gubernamentales y no gubernamentales de las provincias".