Según un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN), la Secretaría de Turismo no evaluó ni cuantificó la capacidad de carga de los Parques Nacionales. Ese concepto determina la necesidad de que exista algún límite de visitantes que puede recibir un centro turístico para que sus instalaciones no sean sobrepasadas.

El organismo de control llegó a esa conclusión luego de detectar “problemas relacionados al manejo adecuado de la carga turística” en la Delegación Regional Patagonia, especialmente en cuanto a la concentración de visitantes, y a la falta de inversión y diseño de senderos y sitios de acampe.

“La capacidad de carga no está estimada, ni se tiene metodología para tal fin”, señala el informe, aprobado en noviembre del año pasado sobre datos del período 2005 – 2007, y recomienda “revaluar” los planes de manejo de los Parques Nacionales para acomodarse al uso turístico actual. La AGN hizo referencia al incremento de la actividad que se registra desde 2002, con un récord de 3,3 millones de visitantes extranjeros en 2004 y el aumento de otras variables, como el gasto medio diario per cápita y la estadía media.

También se encontraron irregularidades en la Quebrada de Humahuaca, Jujuy. Allí, además de no estimar la capacidad de carga turística, el organismo de control no pudo acceder a ningún plan de gestión ambiental. “Tampoco existen centros de disposición final para los residuos sólidos urbanos”, puntualiza la Auditoría. Con sólo usar la lógica más elemental, el cuadro es menos alentador: a mayor cantidad de turistas, más toneladas generadas y no tratadas, justamente en ecosistemas áridos, que son más vulnerables al “impacto antrópico” y no tienen capacidad de absorción.

Por otro lado, la Secretaría tiene un Plan Federal Estratégico de Turismo Sustentable que, sin embargo, “no cuenta con acto administrativo aprobatorio”. Ese acto, según el Decreto 1297 de 2006 “debería tener jerarquía de Resolución” de Turismo, detalla la AGN.

Entre los propósitos del Plan figura “lograr una mayor calidad de vida para los habitantes del país, garantizando el respeto a la cultura, la identidad y los valores de las comunidades anfitrionas” de turistas, pero el organismo de control aseguró que la estrategia “no prevé cómo medir el grado de cumplimiento de ese objetivo”. Asimismo, el informe agrega que “en la formulación general del Plan no se vieron representados, cualitativa ni cuantitativamente, los distintos sectores que conforman la actividad turística sustentable”.

La AGN añade que el Plan Estratégico tiene una característica “federal” que supone un grado de interacción entre las distintas esferas de administración, nacional, provincial y municipal, que no se vio reflejada en las verificaciones hechas por los auditores. En el plano institucional, la coordinación de los proyectos de desarrollo turístico tiene otro escollo: la demora en la constitución de un Comité Interministerial de Facilitación Turística que articule las acciones previstas en el Plan y las distintas entidades públicas con competencias relacionadas a la actividad.